Tras unos días agitados, con idas y vueltas, traiciones y rosca, ya están las listas de los candidatos de cada fuerza política que participará en las PASO de agosto. Otra vez los mensajes proselitistas se alzarán en un contexto económico y social difícil.
Las pymes, como cada día, continuarán luchando en un escenario con una inflación alta, falta de divisas, restricciones a las importaciones, una oferta de financiamiento limitada y una incertidumbre que obstaculiza proyecciones a largo plazo.
El ministro de Economía, Sergio Massa, tendrá que gestionar en paralelo una campaña junto con una ardua negociación con el Fondo Monetario Internacional que mira con desconfianza ante sistemáticos incumplimientos respecto de las metas estipuladas de reducción de déficit fiscal y de acumulación de reservas en el Banco Central.
La incógnita central es cómo se desarrollarán estos meses en los que el ajuste se puede llegar a profundizar, habrá que tener controlado el tipo de cambio y el aumento de los precios de los alimentos y, en paralelo, esbozar y tratar de contagiar como mensaje político un halo de esperanza en un electorado descreído, golpeado por la inflación, que en distintas elecciones provinciales dejó evidenciado que un porcentaje alarmante considera que esquivar el cuarto oscuro puede ser una opción a elegir.
Desde el lado de la oposición, tampoco es tranquilo el panorama. La confirmación de la fórmula oficialista hará recalibrar mensajes hacia todos los públicos y tratar de evitar seguir con las disputas internas. Nadie tiene garantizada una victoria.
En este contexto, las pymes, los emprendedores, los cuentapropistas, que crecieron de un tiempo a esta parte, configuran un colectivo que si bien siempre es aludido desde la palabra, poco lo es desde los hechos concretos.
“El primer trabajo que estamos haciendo es que los políticos y los candidatos realmente visibilicen al universo pyme. Y esto significa entender la importancia, la magnitud que tiene en la economía”, le dice a Somos Pymes Alejandro Bestani, presidente del Movimiento Nacional Pyme (MONAPY)
“Esto es importante para resolver la problemática que tiene Argentina hoy de desempleo y pobreza. Las pymes los pueden resolve”, agrega.
Uno de los reclamos hacia la clase política, y en especial a los que compitan desde ahora, es que mantengan una mirada central más que periférica sobre el sector. Las pymes, a pesar de los distintos planes y esbozos de ayuda, se sienten abandonadas, según indica el dirigente.
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Alejandro Bestani, presidente del MONAPY
Si bien reconocen que hubo leyes pymes, “todas fueron de mínimas consecuencias y sin convicción”. Pocas lograron una corrección de la microeconomía que llevaría a traducir en una mejora en la macroeconomía.
“Yo creo que inmediatamente hay que desarrollar la Agencia Nacional PYME, con capacidad, con poder, con atributos. Pero que eso no tiene que significar un peso más en el presupuesto, simplemente reasignar todas las partidas existentes para las PYMEs que están en varias secretarías distintas, y concentrarnos en un solo lugar para que haya más capacidad y poder político”, sostiene Bestani.
El titular del MONAPY considera que con ese organismo en funciones se podría “presionar al sistema financiero para que los créditos para Pymes lleguen concretamente a las Pymes, para presionar al sistema recaudatorio para que no abuse de las Pymes, para presionar a las Pymes para generar empleo de exportaciones y promoverlas”.
El enumerar los obstáculos más recurrentes de las pymes hoy indica: el problema laboral, la imposibilidad de hecho de acceder a buenos créditos el costo de los impuestos sobre el trabajo, el famoso juicio de despido, el ahogo impositivo, la presión tributaria sin un régimen especial para este tipo de empresas.
“Esto se agrava muchísimo con la imposibilidad de compensar los saldos a favor y con el juego del ajuste por interés que tienen nuestras deudas y la cero indexación que tienen nuestros créditos con los fiscos”, subraya.
Por su parte, Juan Elías Pérez Bay, socio de Grupo GNP y ex presidente de IDEA Pyme, destaca, en diálogo con Somos Pymes, la situación “altamente compleja” de las pymes por un universo impuestos municipales, provinciales y nacionales enorme”.
“Hay una gran complejidad en la liquidación de los impuestos argentinos. Pondría el foco en lo gravosa que es la presión fiscal. Argentina hoy es uno de los países con mayor presión fiscal del mundo. Esto obedece al enorme gasto público que tiene el país. Es la madre de todos los problemas”, describe el ejecutivo.
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Juan Eláis Pérez Bay, ex presidente de IDEA Pyme, socio de Grupo GNP.
Considera que ese incremento del déficit hace que se deba aumentar la recaudación y, de esa forma, los impuestos para financiar parcialmente ese gasto público.
“Los fiscos le trasladan su trabajo al sector privado y a las empresas. Tanto grandes como pymes”, remarca.
“Es un complejo sistema y no solo genera una carga financiera sino netamente operativa que redunda en mayores costos para las empresas. Una empresa grande lo puede afrontar pero a una pyme se le hace cuesta arriba”, dice.
Al momento de ejemplificar, Pérez Bay señala: “Una pyme tiene que conciliar unas 8 a 9 resmas de certificados de retenciones y percepciones. Eso equivale a 2 días de trabajo operativo para hacer la liquidación. Eso conlleva un gran costo. Y esto hace que el sistema tributario argentino sea un sistema regresivo. El objetivo es hacerlo más progresivo porque es tremendamente injusto”.
Bestani, del MONAPY, vuelve a poner el foco en otro tema crucial: el financiamiento. “El sistema financiero tiene armado una red de requisitos imposible de atender para las pymes: por tiempo, por capacidad y no por flujo de fondos, ni por historia, ni por la deuda histórica de morosidad. El sistema financiero es igual al sistema público y al privado”, compara.
Al momento de las propuestas desliza que es necesario generar “una ley mucho más completa para las Pymes” y vislumbra que eso, entre otras soluciones más pragmáticas, generarían “un shock de empleo y aumento del PBI, que es lo que Argentina necesita hace varias décadas”.