En tiempos modernos el problema no es ni la Inteligencia Artificial, ni las nuevas generaciones, ni las tecnologías emergentes. Es el ego.
lunes 20 de enero de 2025
-
Temas del Día
Para continuar, suscribite a Somos Pymes. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEEsa frase está destruyendo carreras. Expulsa a personas talentosas que, años atrás, eran imbatibles en lo que hacían, pero que hoy sienten que la tecnología y las nuevas generaciones los están dejando fuera del juego.
Las enseñanzas que deja la vida.
En tiempos modernos el problema no es ni la Inteligencia Artificial, ni las nuevas generaciones, ni las tecnologías emergentes. Es el ego.
Ese maldito ego que nos impide activar lo que llamo “Alumno Permanente”.
Es decir, la capacidad de mantenernos en aprendizaje constante, de aceptar que siempre hay algo nuevo por aprender, incluso de personas con menos experiencia o de aquellas que nunca ocuparon nuestros puestos.
El problema surge cuando nos aferramos al pensamiento de que “ya está todo inventado” o que “con los años de experiencia ya me las sé todas”.
Esa mentalidad nos cierra puertas, nos aleja de la humildad y de la posibilidad de adaptarnos a un mundo en constante cambio.
Te lo cuento porque me pasó. Trabajé 20 años en televisión, estuve en los mejores canales, gané premios internacionales… y, aun así, había chicos de 18 años que me decían cómo hacer contenido.
Al principio, me ponía loco. Pensaba: “¿Qué me va a enseñar este chico a mí?”
Pero un día me detuve. Empecé a escuchar. Y entendí algo crucial: ellos sabían cosas que yo no.
Ellos dominaban habilidades nuevas que me faltaban.
Desde entonces, acepté que el aprendizaje no tiene edad ni jerarquía, y empecé a practicar el Alumno Permanente.
Como decía Sócrates hace miles de años: “Solo sé que no sé nada”. Esa frase nunca fue más relevante que ahora.
No se trata de pelear contra la Inteligencia Artificial ni contra las nuevas generaciones. Se trata de entender que el verdadero enemigo es el ego.
Hoy, la habilidad más valiosa no es la experiencia acumulada, sino la apertura mental para seguir aprendiendo y evolucionando.
Porque el problema no es la IA. El problema es tu ego. O el de tu equipo. Y eso, créeme, es lo que hay que empezar a trabajar.