Hoy, 27 de junio, celebramos el Día de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, instituido en 2017 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
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SUSCRIBITECómo la versatilidad en el plano comunicacional ubica a las firmas del sector al frente, dándole ventajas competitivas frente a las grandes corporaciones pese a las diferencias de presupuestos.
Hoy, 27 de junio, celebramos el Día de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, instituido en 2017 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Una fecha que nos invita a reconocer el papel clave que cumplen las PyMEs en la economía y el desarrollo sostenible.
Pero también es una oportunidad para reflexionar sobre el funcionamiento de una de sus áreas estratégicas: la comunicación.
Las PyMEs no solo compiten con recursos acotados; también tienen la capacidad de adaptarse y responder en tiempo real.
En comunicación, esta agilidad se traduce en decisiones rápidas, ajustes inmediatos y la posibilidad de aprovechar tendencias o crisis con herramientas al alcance.
Mientras las grandes empresas están atravesadas por procesos largos para aprobar mensajes, una PyME puede ajustar un anuncio, modificar un tono o responder a un comentario relevante en cuestión de minutos.
Esa velocidad, cuando se canaliza con criterio, se convierte en una fuerte ventaja competitiva.
Una PyME puede pivotar sus mensajes y canales sin romper estructuras complejas.
Esto permite probar formatos distintos -un video, un newsletter, una historia en redes, un webinar- según lo que esté funcionando y según la audiencia de ese momento.
Esa versatilidad también facilita atender a públicos diversos (clientes, proveedores, comunidad local) y personalizar la comunicación según cada grupo, sin perder coherencia.
Gracias a la tecnología y las redes sociales, las PyMEs ya no dependen de grandes inversiones para llegar a públicos globales o nichos específicos.
Ese acceso democratizado niveló el terreno: con un contenido creativo y bien orientado, una PyME puede generar impacto, conversación y fidelización desde una publicación orgánica o una campaña de bajo presupuesto.
La clave está en comprender a quién le hablamos y cómo lo hacemos: con autenticidad, valor y contexto cultural, sin necesidad de gastar millones.
Esa agilidad y versatilidad, sostenidas en una visión estratégica, refuerzan la construcción de marca.
Cuando una PyME comunica de forma clara, coherente y alineada con su identidad, no solo genera reconocimiento: también construye un activo intangible que incide en su valoración real.
Una marca sólida no solo vende más: permite fidelizar, negociar desde una posición fuerte y atraer oportunidades, incluso inversión o alianzas.
El desafío no es comunicar más, sino comunicar mejor.
La agilidad sin rumbo genera ruido; la versatilidad sin criterio, inconsistencia.
Por eso es imprescindible definir qué queremos decir, a quién y con qué objetivo, y mantener esa línea aun cuando el contexto cambie.
De esa manera las diferencias estructurales, se convertirán en ventajas y no lo contrario. El propósito debe ser generar impacto, sin perder identidad.
Facundo Farias
Consultor en comunicación estratégica, marketing de contenidos y prensa. Speaker y columnista en temas de comunicación para PyMEs y emprendedores.