De un curso de tapicería a una PyME con fábrica propia: el camino de Tienda de Banquitos

Lo que comenzó como una afición se transformó en Tienda de Banquitos, una PyME que hoy diseña, fabrica y vende muebles tapizados.

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Boceto de la primera vidriera.

El emprendimiento nació en el living de su casa y luego se trasladó al garaje de la vivienda de sus padres, donde junto a su socio Pablo Lavisch –también pareja en ese momento- montaron una pequeña estructura sin maquinaria profesional.

“Comenzamos a recibir pedidos informales a través de conocidos y el emprendimiento crecía. Pero, ante las dificultades para escalar, decidimos tercerizar la fabricación y concentrarnos en el diseño, el asesoramiento a los clientes y la selección de materiales”, recuerda Lanzieri.

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Una experiencia visual y sensorial

Durante los primeros meses, Instagram fue clave. Sin publicidad paga, superaron los 5.000 seguidores en el primer mes y recibieron su primer pedido formal online.

Durante años, atendieron desde el garaje, sin showroom ni muebles de muebles. Sólo catálogos, telares, y mucha capacidad para transmitir una experiencia.

“Es gracioso, pero al principio atendía a los clientes en el garaje de mis papás. No había ni un solo sillón para probar, y aun así venían personas queriendo renovar su living entero. Yo les contaba la experiencia, los hacía imaginar cómo se iban a sentir con su nuevo sillón en su casa…. y terminaban comprando. A veces me preguntan: ¿Cómo se hace para vender online? Creo que todo empieza por saber contar bien lo que hacés”, cuenta la cofundadora a Somos Pymes.

En 2018, la pareja se separó. “Fue un quiebre para nosotros. Siempre digo que, por suerte, tuvimos la inteligencia emocional necesaria para atravesar ese momento. Ambos supimos priorizar el negocio, continuar como socios, y logramos mantener un vínculo profesional sano”, señala la empresaria.

Ese mismo año abrieron el primer showroom en el barrio de Caballito. La decisión implicó asumir un alquiler y acondicionar el espacio: “Vinieron más personas de las que esperábamos”, comentan.

En paralelo, Lilian se capacitó en decoración de interiores y cursó un programa ejecutivo para PyMEs en el IAE Business School.

La historia personal se hizo pública en 2019, pero ya estaban comprometidos por completo con el proyecto, que se había transformado en su fuente principal de ingresos.

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La pandemia fue un punto de quiebre. Ante un aumento abrupto en demanda, se vieron obligados a suspender temporalmente las ventas para reorganizar la producción.

“Pasamos de tomar entre 40 y 50 pedidos mensuales a cifras mucho más altas. Era imposible cumplir con los tiempos, así que tuvimos que frenar para poder reordenarnos”, explica Lilian.

Antes del aislamiento, el 80% de las ventas eran presenciales, pero lograron adaptarse rápidamente al canal online.

“Informábamos que la entrega era incierta y los clientes aceptaban esperar hasta tres meses por su pedido. La transparencia fue clave desde el principio”, sostienen desde la marca.

En paralelo, se sumaron a eventos digitales como el Hot Sale y el Cyber Monday, que exigen una planificación rigurosa.

Preparación de una PyME para eventos de alto impacto comercial

“Empezamos a planificar con tres meses de anticipación, haciendo mucho trabajo comercial, benchmarking y analizando a la competencia. Lo último que definimos es el precio, porque puede cambiar a último momento”, describe Lanzieri.

Luego, negocian con proveedores, concentran producción y acuerdan descuentos y financiación.

“Requiere coordinación y previsión. No se trata solo de vender más, sino de poder cumplir”, afirma la Lilian.

Actualmente, la producción se realiza en una planta propia en Quilmes que incluye carpintería, tapicería y costura.

El equipo de trabajo está compuesto por 17 personas en fábrica, más áreas administrativas, de logística y de atención.

Uno de los tapiceros tiene más de 40 años de oficio. También hay jóvenes sin formación previa que están aprendiendo el oficio en el taller.

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Pampita usando uno de los sillones de la marca.

El rol de la mujer en la empresa

La emprendedora destaca que su reto personal es equilibrar su rol como madre con su carrera profesional.

“Quiero que mi hijo crezca viendo que el trabajo también es prioridad. Creo profundamente en que las mujeres debemos tener las mismas oportunidades y sueldos que los hombres. Nuestra capacidad es enorme. Las mujeres podemos liderar negocios y, además, muchas veces tenemos una inteligencia emocional y empatía que nos permiten conectar de forma distinta con el equipo y los clientes”, subraya la protagonista de la historia.

Desde hace tres años, Tienda de Banquitos también comenzó a producir para televisión. Sus muebles se vieron en programas como MasterChef y El Hotel de los Famosos.

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Consultados sobre la coyuntura actual, marcan preocupación por el impacto de las importaciones.

“Es difícil competir en precio. Nuestro diferencial es el trato directo, el diseño a medida y el poder resolver necesidades puntuales”, remarca.

En el futuro inmediato, proyectan incorporar tecnología, ampliar la oferta y diversificar hacia otros rubros del hogar.

El modelo de trabajo sigue anclado en la producción artesanal, con foco en el diseño personalizado y el vínculo con quienes compran.

¿Cómo se hace para emprender?

“No es fácil tirarse a la pileta, menos cuando tenés una familia detrás. Por eso, siempre recomiendo no largarse al 100% de entrada, empezar de a poco", advierte Lanzieri.

Y recomienda: "Probá combinar tu trabajo con tu emprendimiento y fíjate cómo evoluciona. Cuando el proyecto empieza a crecer y ya no convive bien con tu rutina, ahí es el momento de saltar".

"Hay que tener intuición, pasión y mucha resiliencia. Porque obstáculos va a haber, seguro. Pero si te caés, te levantás… y seguís”, concluye.

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