Oriunda de Trelew, Virginia Vallejo se mudó a Buenos Aires a los 17 años para estudiar veterinaria. Mientras cursaba la carrera, comenzó a cuidar gatos en su casa como una forma de generar ingresos.
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SUSCRIBITEVirginia Vallejo no imaginaba que el trabajo que comenzó casi por necesidad, mientras estudiaba veterinaria en Buenos Aires, terminaría convirtiéndose en una pequeña empresa. ¿Cómo hizo y qué estrategias utiliza para enfrentar la inestabilidad del sector?
Oriunda de Trelew, Virginia Vallejo se mudó a Buenos Aires a los 17 años para estudiar veterinaria. Mientras cursaba la carrera, comenzó a cuidar gatos en su casa como una forma de generar ingresos.
Al recibirse, observó que su emprendimiento le brindaba una mayor rentabilidad que un empleo inicial en su área profesional, lo que la llevó a considerar formalizarlo.
Con el tiempo, el servicio que ofrecía desde su vivienda comenzó a interferir con su vida personal. “No había separación entre mi vida personal y laboral. La gente venía a cualquier hora, incluso los domingos. Me sentía agotada, sin un rumbo claro”, recuerda.
En un principio, el emprendimiento era rentable si se lo comparaba con un trabajo de base en su área profesional. Pero esa rentabilidad inicial ocultaba un problema mayor: no había estructura, ni previsión, ni red de contención. “Era autoexploración disfrazada de independencia”, resume.
Años después, y ya con la idea de formalizar el negocio. Vallejo cursó una especialización en gestión de PyMEs en la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El cambio de perspectiva le permitió revisar decisiones que había tomado por intuición y empezar a diseñar un modelo más sostenible, con una lógica más estratégica.
“Eso me fue orientando a ponerle un marco más formal al emprendimiento e ir construyendo paso a paso (“ladrillito por ladrillito”) con una base más sustentable y estructurada", explica la protagonista de la historia.
La emprendedora fue pasando de una etapa más improvisada a una más profesional. Así fue tomando forma Hotel de Gatos Mishmosos.
En ese camino, el apoyo de su socio, Nicolás Salvo, resultó clave. “Él fue el gran aporte de capital para la empresa. No es veterinario, pero desde el primer día confió plenamente en este proyecto”, destaca la veterinaria.
Durante la pandemia, la actividad se paralizó por completo. Con la movilidad restringida y la suspensión de los viajes, la demanda desapareció.
En este contexto, “intentamos (junto a mi socio) acceder a financiamiento externo en varias ocasiones, pero todos los esfuerzos fracasaron. La falta de historial financiero sólido nos dejó fuera de muchas líneas de crédito disponibles en ese momento”, explica Vallejo.
En 2021, tras un aumento en la demanda y la facturación, la fundadora dio el paso hacia la formalización.
Dejó de ser autoempleada para convertirse en socia gerente.
Hoy, Mishmosos opera bajo un esquema legal y administrativo definido, emplea a ocho personas y ofrece servicios de alojamiento felino, además de atención veterinaria y venta de productos.
La inestabilidad del rubro -muy ligado a los ciclos de vacaciones o mudanzas- los obliga a pensar en nuevas estrategias para sostenerse fuera de temporada.
Una de ellas fue la implementación de un modelo de suscripción, “donde los clientes pueden acceder a estadías y beneficios durante todo el año”, señala Virginia.
Recién pudo acceder a una línea de crédito bancaria el mes pasado (abril), con un monto inicial inferior a los 5 millones de pesos.
Este mes, tras la presentación del primer balance contable y gracias a la calificación crediticia de los socios, así como a la presentación del IVA, logró acceder a nuevas condiciones de financiamiento más favorables.
Sin embargo, no descartan abrirse a inversiones externas. “Estamos buscando quizás para futuro alguna línea o una inversión de un tercero”, admite la emprendedora, consciente del contexto económico actual, que llevó a muchos consumidores a reducir sus gastos incluso en el segmento de mascotas.
Virginia se vio obligada a ajustar su estrategia. Esta situación la llevó a recortar gastos tradicionales de marketing y migrar hacia canales hacia canales digitales, una decisión clave para preservar la estabilidad financiera del negocio.
Para la segunda mitad del año, el objetivo es alcanzar las 100 suscripciones activas (partiendo de una meta inicial de 50) y expandirse en dos nuevas sucursales en Capital o zona oeste.
Además, están trabajando en cerrar el modelo de franquicias para quienes puedan tener su propio emprendimiento.
“Lo mejor es el dinamismo y la posibilidad de probar ideas rápidamente, aprender de los errores y seguir avanzando con creatividad e innovación, algo que a veces se pierde en grandes multinacionales donde los procesos son más lentos.
Esa cercanía con el proyecto y con las personas permite validar más rápido, adaptarse mejor y mantener el foco en lo que realmente importa”, explica Vallejo a Somos Pymes.