La innovación y la transferencia son elementos claves para mejorar la industria láctea en Latinoamérica.
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SUSCRIBITEEl sector viene crecimiento por el incremento del número de animales, pero no por la productividad.
La innovación y la transferencia son elementos claves para mejorar la industria láctea en Latinoamérica.
Así lo afirmó Erika Zárate, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Ecuador.
Durante el Foro Lácteo Ecuador 2025, organizado en Quito por el Centro de la Industria Láctea de Ecuador (CIL), Zárate se refirió a "la necesidad de trabajar alrededor de la innovación, en la articulación público- privado y la transferencia".
La representante de la FAO ilustró que, en los últimos 30 años, el sector lácteo mundial "es el que más ha crecido en términos de producción, pasando de 500 a casi 1.000 millones de toneladas de productos lácteos".
Ese crecimiento se ha dado por el incremento del número de animales, pero no por la productividad.
Pese al aumento, la producción láctea mundial en el mercado internacional "es apenas del 7%", concentrado en exportaciones de Europa y Estados Unidos, graficó la especialista.
"Eso nos obliga a tener una mirada en los mercados no tradicionales", y especialmente los mercados regionales, reflexionó Zárate, ya que es "el único país de América Latina que medianamente compite en exportaciones es Brasil".
Otro mercado -explicó- es el de las naciones centroamericanas, "en donde la producción neta de alimentos en general, y de productos lácteos, no es suficiente para estos países".
Zárate comentó que el mercado lácteo es el "más reglamentado tanto a nivel nacional como internacional", lo que puede ser "una barrera bastante alta" para naciones como Ecuador.
Al respecto, destacó la importancia del sector lácteo para la economía ya que absorbe buena parte del empleo rural.
"Son 150 millones de hogares en el mundo que se dedican a la producción láctea", dijo la experta de FAO.
"Pero no sabemos si están produciendo con la calidad, estándares, protocolos" requeridos, indicó, reforzando la necesidad de invertir en aprendizaje, aplicación de procesos que generen innovación y transfieran innovaciones.
Para ello consideró fundamental trabajar en asociaciones, cooperativas, articulaciones que permita tener como mayor acceso a formación, a tecnologías e innovaciones.
Según Zárate, el consumo promedio de lácteos a nivel mundial es de 14 kilogramos por persona al año, aunque en América Latina y el Caribe está por debajo de esa media.
El panel sobre tendencia de consumo del Foro, realizado en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), inició con el postulado de que la industrial láctea no solo depende de la producción, "sino de entender profundamente al consumidor, que hoy es cada vez más exigente, informado y cambiante".
Para Miguel De la Torre, de la consultora Kantar Ecuador, existe una tendencia general a nivel mundial, a buscar productos "más saludables y funcionales".
En Latinoamérica "la categoría de leche líquida viene cayéndose a un ritmo de 4%", pues se la "está satanizando mucho", afirmó e ilustró que ha aumentado la elaboración y el consumo de productos derivados de la leche.
De la Torre comentó que, al estar envejeciendo la población latinoamericana y al hecho de que cada vez las parejas tienen menos hijos, la industria láctea se está moviendo a esos sectores con productos específicos con más proteínas y más saludables.
Para el viceministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, Andrés Robalino, la competitividad es la principal herramienta que el sector productivo debe tener con miras al mercado nacional e internacional.
"Penosamente, Ecuador actualmente es el país con mayor costo de producción de todo Latinoamérica", dijo.
Y consideró que esos costos han estado "atados a un mal manejo productivo y agroindustrial de décadas y décadas, que no se han preocupado de la competitividad en su contexto completo".
Al hablar de la política de competitividad del actual Gobierno, que encabeza como presidente el empresario Daniel Noboa, mencionó tres ejes: la gobernanza, lograr una mayor institucionalidad y el "sinceramiento normativo" para propiciar la formalidad.