La cantidad de escrituras de inmuebles subió durante febrero un 94 por ciento en la comparación interanual, de acuerdo a los últimos datos del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.
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SUSCRIBITEEl arquitecto Gerardo Feldman remarcó que el ladrillo sigue siendo un refugio de valor y se mostró optimista sobre los desarrollos premium y los nuevos espacios multifuncionales.
La cantidad de escrituras de inmuebles subió durante febrero un 94 por ciento en la comparación interanual, de acuerdo a los últimos datos del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.
La cantidad total de las escrituras de compraventa de inmuebles registró en el segundo mes de 2025 una suba de 94% respecto del nivel de un año antes, al sumar 4293 registros.
El monto total de las transacciones realizadas trepó un 219,2%, situado en 541.490 millones de pesos.
En comparación con enero, los actos subieron 17,8 por ciento, de acuerdo al reporte sectorial.
El monto medio de los actos fue de $126.133.341 (116.057 dólares de acuerdo al tipo de cambio oficial promedio).
De esta manera, se produjo un crecimiento de 64,5% interanual en pesos, y de 33,3% en moneda estadounidense.
En febrero, hubieron 965 escrituras formalizadas con hipoteca, un 1121% más que en el mismo mes del año pasado.
El presidente del Colegio de Escribanos, Jorge De Bártolo, destacó que se concretaron "prácticamente el doble de operaciones que en el primer bimestre de 2024 y con un importantísimo empuje de los créditos hipotecarios".
La recuperación del sector se da a la par de la confirmación del Gobierno de que el FMI aportará unos 20.000 millones de dólares a la Argentina, como parte de un nuevo acuerdo para el pago de la deuda con el organismo.
Las divisas servirán para reforzar las reservas del BCRA y acercan a la administración de Javier Milei a la posibilidad de salir del cepo cambiario, una buena noticia para la actividad económica y también el negocio del Real Estate local.
En una entrevista con Somos Pymes, el arquitecto Gerardo Feldman se refirió a las condiciones que presenta el mercado inmobiliario argentino y lo que depara el futuro.
"Con más de tres décadas de experiencia, y con una mirada tanto local como internacional, ya que llevo 20 años trabajando en Real Estate en el exterior, observo el mercado inmobiliario argentino actual con una mezcla de preocupación y esperanza".
"La situación económica del país, marcada por la inflación, la falta de crédito hipotecario y una alta incertidumbre política, ha generado un mercado inmobiliario muy particular, con comportamientos atípicos que impactan de lleno en el desarrollo urbano y en la arquitectura", describió el especialista.
"En este contexto, el ladrillo sigue siendo un refugio de valor. Muchos inversores, especialmente aquellos que manejan capital en dólares, ven en el real estate una forma de resguardar su dinero. Esto ha impulsado ciertas zonas, sobre todo en ciudades como Buenos Aires, Córdoba o Rosario, donde aún se desarrollan proyectos de mediana escala con una fuerte apuesta por la eficiencia, la optimización de recursos y la arquitectura funcional", ilustró.
"Desde lo arquitectónico, percibo un doble movimiento. Por un lado, una tendencia creciente hacia soluciones más racionales, sostenibles y de bajo mantenimiento, impulsadas por la necesidad de reducir costos y ofrecer productos accesibles. Por otro, una cierta resistencia al cambio, que mantiene patrones de diseño ya conocidos, seguros y consolidados. Esto genera un panorama algo conservador, donde la innovación aparece de forma aislada", continuó el licenciado en Real Estate.
La obra nueva se concentra en nichos muy definidos: desarrollos premium, propiedades para renta temporaria o espacios multifuncionales que pueden adaptarse a nuevas formas de habitar y trabajar.
En cambio, el segmento medio y medio-bajo, históricamente motor del crecimiento urbano, permanece en pausa, a la espera de un escenario más previsible y de herramientas financieras que vuelvan a poner en marcha la rueda del crédito.
"Como arquitecto, creo firmemente que la arquitectura puede y debe ser parte de la solución. No sólo desde el diseño, sino desde la capacidad de pensar proyectos viables, que respondan a las necesidades reales de la gente y al mismo tiempo potencien el entorno urbano. El mercado necesita creatividad, pero también confianza, reglas claras y una articulación entre sector público y privado que hoy está ausente", definió Feldman.
"En definitiva, el mercado inmobiliario argentino atraviesa un momento de transición. No está detenido, pero avanza con cautela. Hay oportunidades, sin duda, pero requieren visión, estrategia y una gran capacidad de adaptación. Y en ese camino, la arquitectura tiene mucho que aportar", resaltó.
Como dato relevante para entender el contexto, vale mencionar que la cantidad total de escrituras de compraventa registradas en diciembre de 2024 mostró una suba del 68,1% respecto al mismo mes del año anterior, alcanzando los 7667 actos.
Más llamativo aún es el crecimiento en el monto total de las transacciones: un 250,8% interanual, superando los $819.000 millones.
"Si comparamos con noviembre del mismo año, el incremento también es considerable: un 33,2 % más en cantidad de escrituras (frente a las 5755 registradas en noviembre). Estos números confirman que, pese a la inestabilidad, el mercado sigue moviéndose, con una clara reactivación en ciertos segmentos, especialmente en operaciones realizadas con capital propio y en dólares", graficó Feldman.
"En un escenario de mayor estabilidad económica, es esperable que el mercado de alquileres en Argentina también comience a ordenarse, luego de años de tensión entre propietarios e inquilinos, distorsiones legales y una regulación poco clara", avizoró el experto.
Y aclaró: "Si se consolidan reglas de juego más predecibles, con contratos más flexibles y una inflación bajo control, podríamos empezar a ver mejoras tanto en la rentabilidad para los propietarios como en las condiciones de acceso para los inquilinos".
"Hoy, muchos dueños optan por volcar sus propiedades al alquiler temporario o directamente mantenerlas vacías, ante la falta de incentivos y la inseguridad jurídica. Eso genera una escasez de oferta que presiona los precios al alza", fundamentó el arquitecto.
"Con una economía más estable y un marco legal más equilibrado, debería aumentar la confianza y con ello, la oferta en el mercado de alquileres tradicionales. Esto permitiría que los valores se regulen de manera más natural, sin necesidad de intervenciones forzadas", enfatizó.
Por otra parte, explicó que "desde lo arquitectónico, también puede haber un cambio importante: se abre la puerta a desarrollos diseñados específicamente para renta, con unidades más eficientes, servicios compartidos y amenities pensados para la rotación de usuarios".
"Es un modelo que ya funciona muy bien en otros países y que en Argentina aún está en una etapa incipiente, pero con mucho potencial", subrayó.
"En definitiva, la clave estará en generar un marco donde alquilar no sea un problema ni para el que busca vivienda ni para el que invierte. Y para eso, estabilidad, confianza y visión a largo plazo son fundamentales", aseveró.
"Una de las grandes incógnitas que se plantea hoy en el mercado es qué puede pasar con las propiedades una vez que se levante el cepo cambiario. Desde mi punto de vista, la liberación del mercado de cambios podría tener un impacto muy positivo, siempre y cuando venga acompañada de un plan económico coherente y sostenido en el tiempo", planteó.
Según Feldman, "hoy las operaciones inmobiliarias en Argentina se siguen realizando mayoritariamente en dólares billete, en un contexto de informalidad forzada y con enormes dificultades para canalizar esos fondos a través del sistema bancario. Esta situación limita el acceso, desalienta la inversión y genera una sensación de parálisis que no se condice con la demanda potencial que existe".
"Si el cepo se levanta de manera ordenada y el mercado cambiario se unifica, podríamos ver una reactivación importante en el sector. Por un lado, porque se facilitaría la compraventa para los argentinos que hoy tienen ahorros en el exterior o debajo del colchón, y por otro, porque se abriría la puerta a una posible llegada de inversión extranjera, especialmente si el país logra recuperar previsibilidad jurídica y económica", argumentó el arquitecto.
"Argentina sigue siendo atractiva en términos de valor por metro cuadrado comparado con otras capitales de la región, y eso no pasa desapercibido para los inversores internacionales. Lo que ha faltado hasta ahora es estabilidad, seguridad jurídica y reglas claras", comentó en charla con Somos Pymes.
"Si esos tres elementos empiezan a consolidarse, no tengo dudas de que el real estate argentino puede volver a ser un canal fuerte de inversión extranjera directa, especialmente en segmentos como el residencial premium, el turismo y los desarrollos de renta", exclamó.
Y esgrimió: "Lo importante será no repetir errores del pasado. No alcanza con abrir el mercado: hay que acompañarlo con una visión estratégica y con proyectos que estén alineados con las verdaderas necesidades del país y sus ciudades. Y ahí, como arquitecto, creo que tenemos un rol clave: pensar no solo en metros cuadrados construidos, sino en calidad de vida, integración urbana y desarrollo sostenible".
"En mi experiencia y en las conversaciones que mantengo con colegas y desarrolladores tanto locales como del exterior, puedo decir que sí, existe interés en invertir en Argentina. Pero es un interés cauteloso, expectante, que observa más que actúa. La potencialidad del mercado argentino es indiscutible: tenemos suelo, talento, un costo de construcción competitivo en dólares y una clase media con aspiraciones de propiedad que sigue siendo fuerte, a pesar de los vaivenes", ejemplificó el especialista en Real Estate.
"Lo que frena muchas veces esa inversión extranjera no es el mercado en sí, sino la falta de reglas claras, la imprevisibilidad fiscal y la volatilidad cambiaria. Por eso, el interés está latente, pero condicionado", puntualizó.
En determinados nichos -como el turismo, el desarrollo de segundas viviendas, los polos logísticos o incluso proyectos de renta- ya se están viendo algunos movimientos.
Fondos que analizan oportunidades, grupos que tantean terrenos o alianzas con desarrolladores locales, y en menor medida, inversiones de argentinos que residen en el exterior y conocen bien cómo moverse en este contexto.
"Lo que todos esperan es una señal clara del rumbo del país. Si eso se da, el capital puede llegar, y en ese caso, debemos estar preparados para recibirlo con proyectos sólidos, arquitectura de calidad y propuestas que realmente aporten valor. Porque la inversión extranjera, bien gestionada, no solo moviliza la economía: también puede elevar la vara en términos de diseño, tecnología y urbanismo", dijo Feldman.
"Conozco bien las expectativas de quienes buscan colocar su capital en ladrillos y también las incertidumbres que puede generar un país como Argentina, en donde la estabilidad macroeconómica muchas veces parece un bien escaso", expresó el entrevistado.
"En los últimos meses, sin embargo, he percibido un leve pero claro cambio de tono. Algunos inversores extranjeros -especialmente argentinos radicados en el exterior, pero también fondos boutique y desarrolladores con perfil oportunista- han comenzado a mirar nuevamente hacia la Argentina. ¿Qué los motiva? Los valores en dólares que hoy se manejan en ciertas zonas de Buenos Aires o en destinos turísticos como Mendoza, Bariloche o el sur cordobés son notablemente bajos en comparación con otras plazas de la región. Y para quien tiene liquidez y una mirada de largo plazo, eso puede significar oportunidad", comentó al respecto.
"Claro que no se trata de una inversión para todos. No es un mercado para perfiles conservadores, ni para quienes buscan renta inmediata o seguridad jurídica comparable a la de países desarrollados. Pero sí hay espacio para desarrolladores con experiencia local, inversores que ya conocen el país y, sobre todo, para quienes entienden que una inversión no solo se mide en tasas de retorno, sino también en el valor de entrar a tiempo", sentenció.
Y agregó: "Desde mi experiencia, lo más interesante hoy no pasa tanto por los proyectos tradicionales, como viviendas o locales, sino por modelos híbridos: desarrollos turísticos sustentables, espacios de co-living, unidades aptas para renta temporaria o incluso reconversiones de patrimonio urbano".
"Hay talento arquitectónico de altísimo nivel en Argentina, mano de obra calificada y costos competitivos. Lo que falta -y ahí está la gran incógnita- es previsibilidad", admitió.
¿Existe hoy interés de inversores extranjeros en Argentina? "La respuesta es sí, aunque con matices. No es una estampida, pero sí un murmullo creciente. Y en los negocios, muchas veces los grandes movimientos empiezan con un susurro", concluyó.