Por Carlos Contino. Semanas atrás durante un proceso de búsqueda y selección se nos presentó la situación de candidatos/as que transitan el proceso exitosamente.
Para continuar, suscribite a Somos Pymes. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITEPor Carlos Contino. Semanas atrás durante un proceso de búsqueda y selección se nos presentó la situación de candidatos/as que transitan el proceso exitosamente.
Desarrollan entrevistas, aprueban test o conversaciones acerca de sus habilidades, conocimientos y expectativas.
Incluso firman la “job offer” con su potencial nuevo empleador.
Ocurre que luego de 2 o 3 días contestaron que les fue ofrecido por su empleador un incremento en su sueldo por lo que decidieron permanecer en su trabajo actual, desentendiéndose del proceso vivido y los respectivos compromisos asumidos con quien iba a ser su futuro empleador.
_¿Ahora que digo que me voy me aumentan?
_¿No me lo hubiera merecido antes? ¿Por qué no me lo dieron?
_¿Mi jefe me había dicho que no podía darme aumento semanas atrás y ahora que me voy lo saca de la galera y me lo otorga?
_¿Cuándo será mi próximo aumento? ¿Cuándo consiga otra oportunidad y diga que me voy?
_¿Cuál es la política de compensaciones al personal de mi empresa actual?
_¿Me quedo, tomo el aumento y sigo buscando ahora con una nueva base?
_O no lo acepto me voy igual, siento que se burlaron de mi pagándome menos de lo que merecía.
La otra cara de la moneda es que la respuesta puede ser diversa:
En función que a un colega la empresa le aumentó el sueldo ante una presentación de renuncia, otro empleado que vio la situación hizo lo mismo y dimitió con la intención sólo de presionar para que le den también a él un aumento de sueldo que varias veces pidió. Ocurrió que se lo negaron.
Pero… ¿Qué pasó efectivamente? La empresa le aceptó su renuncia y ahora no sabe cómo retractarse ya que no tiene ningún nuevo empleo ni oferta.
Este tipo de políticas reactivas no son sostenibles en el tiempo ya que no responde a una gestión ética y ordenada de compensaciones y genera inequidad interna, impacta negativamente en la competitividad externa y en el clima organizacional.
A su vez, da muestras evidentes acerca de la falta de criterio organizacional en cuanto a promover la equidad interna.
Lo que subyace es qué conducta deberían adoptar los jóvenes ante un cambio laboral donde hubo acuerdo y donde se vieron involucrados diversos actores para que ello ocurra. Un breve sondeo realizado por CONA RH indica que las aguas estarían bien repartidas.
El 49% de los jóvenes asegura que permanecería en el actual ante una mejora salarial.
¿Qué corresponde y qué no? ¿Qué responsabilidad deberían asumir cada uno de los actores involucrados? ¿Qué mensaje les da la organización a sus colaboradores? Más preguntas que respuestas ante un dilema recurrente.
Carlos Contino, socio gerente de CONA RH.