Latinoamérica y el Caribe crecerá 2,4 por ciento en 2025 y 2,3 por ciento en 2026, pero enfrenta retos como la baja inversión, la fragilidad fiscal y una inflación que seguirá por encima del 5 por ciento.
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SUSCRIBITEImpactan las tensiones comerciales, costos financieros elevados y presiones fiscales crecientes.
Latinoamérica y el Caribe crecerá 2,4 por ciento en 2025 y 2,3 por ciento en 2026, pero enfrenta retos como la baja inversión, la fragilidad fiscal y una inflación que seguirá por encima del 5 por ciento.
Así lo mostró el más reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), que mantuvo sin cambios sus previsiones sobre la región.
En su reporte de Perspectivas Económicas Globales, el organismo señaló que la región mantiene un crecimiento moderado pero estable, con una inflación en retroceso, aunque todavía superior a las metas de la mayoría de los bancos centrales, y un contexto global marcado por tensiones comerciales, costos financieros elevados y presiones fiscales crecientes.
"El crecimiento en América Latina se mantiene desigual, con algunos países mostrando resiliencia y otros aún enfrentando desequilibrios macroeconómicos significativos", remarcaron los especialistas.
El FMI revisó al alza sus previsiones para México, la segunda economía más grande de la región, y espera un crecimiento del 1% en 2025, ocho décimas más que en julio, y del 1,5% en 2026, una décima por encima del cálculo previo.
El organismo explicó que las medidas proteccionistas de Estados Unidos han tenido un «impacto limitado» en la economía mexicana, que creció 1,4% en 2024, gracias a la fortaleza del consumo interno y al impulso del nearshoring -la relocalización de empresas hacia México para abastecer al mercado estadounidense-.
México disfruta además de una tregua arancelaria de 90 días otorgada por el presidente Donald Trump mientras se renegocia el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, cuya revisión está prevista para 2026.
Solo los productos fuera del acuerdo pagan un 25% de arancel, lo que ha reducido el impacto inmediato sobre las exportaciones.
Por su parte, Brasil, la mayor economía latinoamericana, crecerá 2,4% en 2025, una décima más de lo estimado en julio, impulsado por una producción agrícola récord y un desempeño mejor de lo previsto en la primera mitad del año.
Aun así, el FMI rebajó a 1,9% su proyección para 2026, advirtiendo que el endurecimiento de la política monetaria y los elevados intereses -la tasa básica se mantiene en 15% anual, el nivel más alto en dos décadas- enfriarán la demanda y limitarán el dinamismo interno.
La subdirectora del FMI, Petya Koeva, subrayó que los aranceles del 50% impuestos por Estados Unidos a cerca del 35% de las exportaciones brasileñas tendrán "cierto impacto" en la actividad, aunque matizó que el principal freno al crecimiento es la política fiscal y monetaria restrictiva.
El FMI prevé que la inflación brasileña cierre 2025 en 5,2%, superando en siete décimas el techo del objetivo del Banco Central, que es del 3% con un margen de tolerancia de 1,5 puntos.
Tras una contracción del 1,3% en 2024, Argentina registrará un crecimiento del 4,5% en 2025 y del 4% en 2026, aunque ambas cifras son inferiores a las proyectadas en abril.
El Fondo atribuye la recuperación al ajuste fiscal y la liberalización económica impulsados por el Gobierno de Javier Milei, pero advierte de "riesgos de sostenibilidad» por la fragilidad social del programa.
La inflación se reducirá drásticamente, del 219,9% en 2024 al 41,3% en 2025, y al 16,4% en 2026, mientras que el desempleo subirá levemente al 7,5% antes de volver a bajar al 6,6%.
La balanza por cuenta corriente pasará de un superávit del 0,9% del PIB en 2024 a un déficit del 1,2% en 2025, lo que, según el FMI, refleja la reactivación de las importaciones tras el ajuste.
El FMI también mejoró su previsión para Chile, que crecerá 2,5% en 2025, medio punto más que lo previsto en abril, y 2% en 2026.
El informe destaca la recuperación del consumo y la estabilidad monetaria, en un contexto de aranceles del 10% a las exportaciones chilenas hacia EE.UU., entre los más bajos del mundo.
En Colombia, el organismo elevó su proyección de crecimiento para 2025 al 2,5% (desde el 2,4%) y redujo ligeramente la de 2026 al 2,3%.
La inflación se moderará al 4,9% en 2025 y al 3,5% en 2026, dentro del rango objetivo del Banco de la República.
Aunque el FMI elogió la "resiliencia" de la economía colombiana, alertó sobre el deterioro de las cuentas fiscales y la necesidad de fortalecer la sostenibilidad presupuestaria.
El FMI prevé que la inflación regional promedie 5,3% en 2025 y 4,7% en 2026, con precios de petróleo en torno a 68,9 dólares por barril y una leve caída de los alimentos.
Sin embargo, advierte que la región sigue vulnerable al endurecimiento de las condiciones financieras y a la fragmentación del comercio mundial.
La deuda pública promedio de las economías emergentes latinoamericanas alcanzará el 82% del PIB en 2030, frente al 70% de 2024, lo que obliga a una consolidación gradual para preservar la inversión y la cohesión social.
Finalmente, el FMI elevó una décima sus previsiones de crecimiento de la economía de Estados Unidos, hasta el 2% en 2025 y hasta el 2,1% en 2026, por el menor impacto de los aranceles y la fuerte inversión en Inteligencia Artificial (IA).
La economía estadounidense mantiene su fortaleza pese a crecer menos que en 2024 (2,8%).
Tras crecer un 3,3% en 2024, el informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO), el organismo espera ahora un crecimiento global del 3,2% en 2025 y del 3,1% en 2026, en este último caso igual que lo pronosticado en su anterior informe del mes de julio.
Mientras que China -cuyas previsiones se mantienen invariables- verá como su PIB crecerá el 4,8% y el 4,2%, respectivamente.
El FMI mejora las previsiones para la eurozona en dos décimas para 2025, hasta el 1,2%, en gran parte, gracias al empuje de la economía española, que de nuevo recibe una revisión al alza (cuatro décimas en este informe) y sitúa su crecimiento para el presente ejercicio en el 2,9%.
