Por Gustavo Schutt. Mi colega, referente, formador y compañero Scott Snider, presidente del Exit Planning Institute, fue citado hace pocas semanas en el Senado de Estados Unidos por el Comité de Pequeñas y Medianas Empresas y de Emprendedores.
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SUSCRIBITEMás del 60% de los dueños no entienden y no trabajan las alternativas de transición, y más del 80% no tiene preparado un plan para hacerla.
Por Gustavo Schutt. Mi colega, referente, formador y compañero Scott Snider, presidente del Exit Planning Institute, fue citado hace pocas semanas en el Senado de Estados Unidos por el Comité de Pequeñas y Medianas Empresas y de Emprendedores.
El tema a tratar: “la transición en la propiedad” de los dueños de negocio y su impacto ante la falta de preparación.
¿Por qué? Porque la comisión liderada por la senadora Jeanne Shaheen lo considera un tema prioritario por su impacto en localidades, ciudades, pueblos, regiones, cadenas de valor de grandes empresas y todos los generadores de fuentes de trabajo y de riqueza en las zonas de influencia.
Como referencia, en Argentina, dependiendo de la fuente (BCRA, INDEC o CAME), las PyMEs generan entre el 50% y el 70% del total de los puestos de trabajo, y se calcula que hay entre 520.000 y 550.000 empresas de este tipo en el país.
De acuerdo con las encuestas, tanto las realizadas en EE.UU. como la que coordiné personalmente en Argentina, existe por parte de los dueños de empresa muy poca preparación y formación en estos procesos, lo cual constituye uno de los motivos principales para que fracasen y generen una pérdida de valor cuando las empresas no pueden continuar.
Según esas mismas encuestas, más del 75% de las empresas no pueden venderse a un tercero, más del 60% de los dueños no entienden y no trabajan las alternativas de transición (para cuando decidan y llegue el momento), y más del 80% no tiene preparado un plan para esa transición.
Tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica, los fracasos en la transición por falta de trabajo y preparación son numerosos, y terminan con pérdida de valor, muchas veces afectando las relaciones entre socios o en las familias.
Para entender el problema de fondo hay que conocer la forma de pensar de la mayoría de los dueños y, sobre todo, fundadores: crecer y ser exitosos, con buenos productos y servicios, buenos equipos de trabajo (a veces), buenos clientes, y generando buenas utilidades, en muchas ocasiones reinvertidas para seguir creciendo.
En definitiva, empresas consideradas exitosas en su mayoría.
Pero en general no construimos “empresas trascendentes”, es decir que las empresas dependen de sus dueños, portadores del “capital intelectual”, que no se han ocupado de que “todo” sea transferible y trascendente.
Al no pensar en la potencialidad de estar preparados, en buenas condiciones para vender, la empresa está centrada en sus dueños, con una alta dependencia.
Sin ellos, la empresa durará poco. Como en toda generalización, hay excepciones, casos en que se planificó y se trabajó de otra manera, pero no es lo que suelo encontrarme.
Entonces, se pueden tomar algunas iniciativas públicas para ayudar a que estos procesos impacten en forma positiva (que no tengan impactos negativos), porque son procesos que indefectiblemente se van a dar, ya sea de manera voluntaria o involuntaria.
1_ Educación y formación en la temática para dueños de empresas y cómo son los procesos de transición, sus opciones y cómo planificar y trabajar para disponer de las alternativas en el momento que necesiten, decidan o quieran.
Es clave construir y trabajar en la preparación personal y en la preparación de sus empresas para tener empresas atractivas y, en la medida de lo posible, “trascendentes”.
2_ Facilitar el acceso a procesos de coaching, de acompañamiento y de asistencia para hacer foco en los tres componentes principales: el negocio, los temas personales y los financieros.
En general, necesitan el apoyo de terceros y profesionales dedicados a estos temas.
3_ Por último, datos e información para entender mejor las necesidades y el impacto de los procesos de transición tanto en las brechas de valor en las ventas, en las transiciones y en los cierres o liquidaciones de empresas.
El tema no es menor. Así lo entienden en Estados Unidos y por eso lo abordan a nivel gubernamental. Cuando estos procesos naufragan o quedan truncos, el impacto negativo en la economía se siente.
Cada transición que pueda concretarse, cada empresa que se salve de desaparecer y pueda continuar, es una batalla ganada, tanto para el propio dueño como para todo el ecosistema. En esa dirección debemos trabajar.
Gustavo Schutt, consultor especializado en Exit Planning y autor de “La reinvención del dueño”.