El trabajo es una actividad lícita con un fin determinado que puede ser paga o no.
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SUSCRIBITELo que dicen los últimos datos sobre la situación del mercado laboral.
El trabajo es una actividad lícita con un fin determinado que puede ser paga o no.
En cambio, el empleo es emplear a favor del tiempo de otra persona la fuerza física o intelectual a cambio de dinero.
Por eso se lo llama empleado en relación de dependencia. La relación dependiente de otro no crece en argentina hace 2 décadas.
Según datos oficiales del Sistema Integral Previsional Argentino (SIPA), se perdieron 63.000 puestos de trabajo en enero y febrero de lo que va del año.
Pero lo que se perdió es el empleo formal, no el trabajo. El trabajo crece, lo que estamos perdiendo es el empleo en blanco, que significa estar registrado en el sistema.
En Argentina, hay 25 millones de puestos de trabajo para emplear. El numero de registrados en el sector privado -personas en blanco con recibo de haberes- es de 6.100 millones, un número que no crece hace dos décadas.
El 90 por ciento de esa nómina es pobre, no llega a fin de mes, así y todo estando en blanco.
Solo un 10 de quienes que no están bajo ningún Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), sino están fuera de convenio, cobra por mes más de 2.500 millones de pesos más premio y son un porcentaje acomodado.
Del lado independiente, entre monotributos y autónomos, tenemos 5 millones de cuentapropistas; sumando a los empleados públicos y trabajadores de casas particulares, tenemos apenas 14 millones de argentinos que hacen girar la rueda del sistema previsional.
Estos 14 millones sostienen 7 millones de pasivos (jubilados pobres) que no solo no llegan a fin de mes, no cubren sus 4 comidas.
Otros análisis sobre el problema del sistema jubilatorio muestran que el mundo demanda una escala de 3 a 1 para ser rentable. Argentina, está claro, no pertenece a ese universo.
Volviendo al trabajo, que sobra en Argentina, lo único que crece sin parar es el empleo en negro o no registrado.
Es muy tentador emplear trabajadores en la clandestinidad. El 80 por ciento de los empleadores prefieren darle más plata al empleado en negro, que al usurero sistema previsional argentino.
¿Acaso ellos tienen la culpa? NO. La culpa no es de los empleadores que arriesgan, invierten y hacen girar la rueda de la economía argentina.
Para nada; el problema está en una situación que vivimos mes a mes los que damos empleo y, claramente son las contribuciones patronales.
Pero atentos, NO son todas las cargas sociales (para aquel lector desprovisto de cierta técnica al respecto, diputados y senadores incluidos).
Dentro de las cargas sociales esta el % que lastima el empleo en nuestro país.
Nadie se da cuenta que el empleo en argentina no crece, no crece limpio, crece sucio, negro.
¿Por qué será? Simple: emplear es el desafío mas grande que tenemos los 350 empleadores del país.
Todos los meses tenemos que juntar plata para pagar el F 931 SUSS (sistema único de la seguridad social) donde se refleja allí los pagos que hacemos al sistema. Pero no todo es un dolor de cabeza.
Las cargas sociales en argentina se dividen en dos: Aportes y Contribuciones.
Si bien los aportes son los que paga el empleado y son retenidos por su empleador, ahí no esta el problema; son las contribuciones, o parte de ellas.
El empleador paga el 20,5% de cada salario bruto en concepto de impuesto; de allí, el 7% va directo a las asignaciones familiares de la ANSES, el Fondo de Desempleo de ANSES y una parte la PAMI que nunca sabemos para que.
Desde hace 16 años me pregunto, porque el sector privado financia organismos descentralizados del Estado Nacional sin ninguna contraprestación y sin sentido.
Antes que nada, te explico: lo que acabo de señalar no daña las jubilaciones, ni el sistema previsional, no daña a nadie, o mejor dicho si, destruye la matriz productiva.
Esto se da por culpa de políticos y legisladores que no saben cuál es el verdadero problema del trabajo y del empleo en nuestro país y se rasgan las vestiduras por una mini reforma laboral, insignificante, que me da vergüenza usar la palabra reforma, donde lo único que se agrega y cambia es un período de prueba que nada hace al mercado del trabajo.
Es apremiante la situación pero que le vamos a pedir a legisladores que nunca han tenido en su mano un recibo de sueldo y ni siquiera saben como liquidarlo o cómo se expresa en costos para quien lo emplea. Nada se puede cambiar si no sabés que cambiar.
Entonces, en Argentina trabajo sobra y mucho, el problema que ese trabajo se lo emplea en negro porque el propio Estado y quienes nos legislan no tienen la capacidad técnica de darse cuenta cuál es la cura al problema del empleo en nuestro país.