Hubo una época en donde ser de clase media o tener un trabajo en blanco era sinónimo de estabilidad y prosperidad. Aquella época dejo de existir.
Para continuar, suscribite a Somos Pymes. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.
SUSCRIBITESin empresas no hay empleo ni laburantes, quienes conforman el motor de la economía argentina.
Hubo una época en donde ser de clase media o tener un trabajo en blanco era sinónimo de estabilidad y prosperidad. Aquella época dejo de existir.
La clase productiva fue tan bastardeada en los últimos años y dividida por corrientes elitistas, por lo que hoy es pobre o vulnerable económicamente hablando.
Existen interrogantes que aún quedan en el tintero del análisis, pero lo que no está pendiente son los 6 millones de laburantes, pobres, que laburan todos los días, producen y no llegan al 20 de cada mes.
Quedan pendienten los 300 mil empleadores que arriesgan día tras día su patrimonio y sigue invirtiendo en la matriz productivo de un país que durante muchos años les dio la espalda.
Actualmente, algunos se sienten casta, pero espero que sea solo un sentimiento y que pronto pasen a tener la importancia que se merecen, porque recordemos que sin empresas no hay empleo y el motor de la economía argentina son los empleadores.
Los empleados que trabajan en farmacias tienen un básico de inicio de 1.350.000 de pesos.
Los plásticos y gráficos juntos son un millón de laburantes privados que tienen un sueldo mensual de $1.200.000.
Los gastronómicos, a quienes corresponde el segundo convenio mas grande del país, tienen un salario de $900.000.
Comercio, el sindicato más grande del país porque arropa 1.5 millones de laburantes, tiene un inicio salarial de $890.000.
Los bancarios tienen un salario de $1.500.000 por mes y los vigiladores privados ganan mensualmente $1.110.000.
Los sindicatos que mencioné agrupan mas del 70% de los 6 millones de asalariados privados.
Nos damos cuenta de que, en la actualidad, tener un trabajo estable, registrado como la ley ordena, con estabilidad laboral (seguro de vida, ART, obra social, jubilaciones y estar protegido por el sistema) y formando parte de la actividad productiva privada, figura mayormente dentro del grupo que padece la pobreza, e incluso indigencia.
En nuestra realidad cotidiana, una familia tipo tiene un promedio de 60 mil a 70 pesos por día de gastos (comida, viáticos y cotidianidad diaria), rondando los 2 millones de pesos mensuales.
Apenas cubrimos con un salario los gastos diarios, teniendo que, la otra persona tener ingresos suficientes para cubrir los gastos de educación, salud, impuestos y esperemos, no alquile.
La realidad mata a los números de un gobierno, otro y otro, que no saben, no entienden o no pueden emplear políticas publicas que empujen al empleo privado y lo hagan crecer, mediante la única política pública que genera inclusión, EL TRABAJO.
Aun peor, los ingresos informales han superado, penosamente, a los salarios privados.