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Emprender

Por qué, cuándo y con quién arranqué a emprender

16 de marzo de 2023 - 19:51

Por Facundo Gárriz. El autor contará en SOMOS PYMES, a lo largo de distintas entregas, la experiencia de lanzarse a armar el proyecto propio.

Obstáculos, burocracia, urgencias y alegrías de quien se lanza a cumplir su sueño.

Hace siete años tomé una decisión que cambiaría mi vida profesional y personal: emprender.

Emprender es ese trabajo que hacemos mientras vivimos (o tratamos de hacerlo). No es un trabajo que empieza a un horario y termina en uno no tan lejano.

Emprender es un continuo infinito de creatividad, ingenio, reflexión, estrés, preocupación, llamados telefónicos e ideas sorpresivas a las tres de la mañana para solucionar problemas que acarreamos desde hace meses.

Puede parecer la peor oferta laboral del mundo, pero es una que cada vez más gente elige y que yo sigo eligiendo. Ser el dueño de tu propio destino tiene eso que re-paga cualquier esfuerzo que hagas.

Porque eso que se esté re-pagando es exactamente lo que vas a ganar (o perder). Pero mantengamos la mente positiva por ahora.

Somos nuestra propia fuente de riquezas sin esperar nada de nadie.

Y si bien eso puede ser el problema que nos lleve a la bancarrota, es a la vez la única forma de llegar a los lugares de éxito a los que cada uno aspira llegar.

Sin tener un organigrama sobre el que escalar, un rol para poner en la tarjeta de presentación y algo peor: sin saber muy bien cómo completar esos formularios de aeropuerto (mi gran trauma desde que emprendo).

En estos artículos que empezaré a escribir en SOMOS PYMES voy a proponer un recorrido por mi experiencia, en lo que me he convertido, lo que he vivido, las cosas que escuché, las que entendí, las que no entendí, en las que tuve éxito y en las que fracasé.

Todo emprendedor que se precie de tal sabe que son muchas más las segundas que las primeras.

El gran recurso de un emprendedor es otro emprendedor. Nada más lindo que sentarse con otro loco como nosotros que maneje los mismos códigos y entienda que la realidad está lejos del blanco y el negro del mundo ideal, que los grises son las únicas tonalidades posibles y que creer es, a veces, mejor que saber.

En esta noble profesión donde se igualan las preparaciones académicas, los coeficientes de inteligencia y los años de aporte, siempre necesitamos de un otro.

Por eso la gran cantidad de PYMES están conformadas por sociedades de amigos o familiares.

Emprender con otros

Siempre necesitamos de alguien que nos apalanque, no tenemos un ego suficiente para creernos capaces, tenemos un grado de inconsciencia mayor que el resto y nada más.

No sabemos más, nos animamos a un poco más. Algo que no se hace de un día para otro, no se hace sin un otro y mucho menos se hace sin la convicción de que al menos, vamos a saber caer sin rompernos.

Somos emprendedores, no es que nos dedicamos a emprender. Y por eso este medio nos interpela desde su nombre y en este espacio pretendo que esa interpelación tenga algo de compañía.

Emprendemos. Y encima lo hacemos en Argentina, este pedazo de tierra prodigiosa donde tenemos todo menos certezas de futuro, la clave para un emprendedor. Y no digo que en otros países se tenga certeza absoluta sobre el futuro.

Pero acá en el Sur de la América latina ni siquiera tenemos esa poca certeza que otros tienen.

Emprender es una carrera de ojos vendados, y en la Argentina parece que la corremos en un cuarto a oscuras.

Los invito a conocer el diario donde documento mis experiencias.

Acá tampoco tengo certezas, pero tengo un montón de cosas para compartir.

Cómo arranqué a emprender

Empecé a emprender cuando una famosa o marca de medialunas estaba buscando un socio para la expansión fuera de su zona comercial.

Ese fue el primer salto al vacío creyendo en un instinto que no tuvo cashflow o análisis de mercado, pero sabiendo que más o menos tenía que funcionar.

A ese emprendimiento se le sumó una marca propia de cafetería en la zona de Palermo y una marca de hamburguesas muy famosa que necesitaba un socio para la expansión comercial.

Con los años se fue creando “La Continuidad”, una empresa de servicios gastronómicos que cuenta con más de 80 empleados y tiene como valores el vínculo familiar, la profesionalización de procesos (en la medida de lo posible) y la confianza en las marcas con las que opera.

No es fácil emprender, no es fácil hacerlo en familia, no es fácil hacerlo en Argentina. Pero esos tres obstáculos sumados a los años de pandemia no pudieron con la obstinación de quien creyó que esto era viable.

De acá en más te cuento cómo fue (y cómo sigue siendo).

No te pierdas la próxima entrega de este diario en SOMOS PYMES


Facundo Eneas Gárriz es redactor en SOMOS PYMES

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