La mayoría de las personas asocia implícitamente puestos de liderazgo con el género masculino y puestos de colaboración con el género femenino.
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SUSCRIBITEEste fenómeno se da desde los Baby Boomers hasta la Gen Z.
La mayoría de las personas asocia implícitamente puestos de liderazgo con el género masculino y puestos de colaboración con el género femenino.
El 84% de las personas asocia implícitamente palabras como pragmatismo, firmeza y éxito como cualidades de conducción con el género masculino y colaboración, empatía e inclusión con el femenino y cargos de asistencia y colaboración, y sólo el 3% no asocia con un género, cargos y comportamientos.
Así lo demuestran los resultados de "Sesgos Implícitos en C-Level" el primer estudio de la región en cuantificar los sesgos existentes en las organizaciones, realizado por Human inLAB y Randstad.
Los expertos advirtieron que las mujeres no se asocian a sí mismas de forma implícita o inconsciente con cargos C-level (ejecutivos de alto nivel).
Asimismo, existe en las organizaciones una gran subvaloración de cualidades como la empatía, la colaboración y la inclusión como habilidades esenciales para ejercer posiciones de liderazgo.
"Los sesgos de género impactan negativamente en el acceso a las oportunidades y barreras que tienen las mujeres para ocupar puestos de decisión y no permiten una real diversidad en las organizaciones", reflejó el informe.
Jorgelina Albano, CEO y Fundadora de Human inLAB, expresó que "los sesgos implícitos son un lado oculto y riesgoso de la toma de decisiones en una organización porque nos lleva a actuar de forma automática, aunque creamos en que las decisiones que tomamos son conscientes".
"El estudio indica que existe un lado oculto que pone a riesgo no solo las promociones del talento sino la mirada organizacional que incluye desde sus estrategias de marketing hasta la marca empleadora", observó la especialista.
Por su parte, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, describió: "Justamente cuando el mercado demanda cada vez más desarrollo de las soft skills en el talento, vemos este descalce que marca una subvaloración de algunas de las habilidades socioemocionales que son esenciales a la hora de liderar equipos de trabajo".
"En especial en un contexto de menor presencialidad en los ámbitos laborales y con una creciente mediación de herramientas de tecnología que hace más críticas estas habilidades", manifestó.
Las diferentes generaciones no están exentas a los sesgos de género.
El estudio demuestra que todas las generaciones, desde los Baby Boomers hasta la Gen Z asocian C-level a masculino y colaborador a femenino.