Las pymes argentinas tienen mucho potencial de crecimiento y son las empresas que mayor empleo aportan al país, pero dependiendo del rubro, suelen tener un techo si solo se dedican a insertar sus productos de manera local. Además, la posibilidad de facturar en dólares es uno de los fundamentos más atractivos para tener previsibilidad y estabilidad para mantener el negocio en el tiempo.
Durante la última década, las exportaciones argentinas registraron un importante estancamiento, luego de alcanzar un pico histórico en 2011.
En 2020, a raíz de la pandemia por COVID-19, las exportaciones se retrotrajeron aún más, llegando incluso a niveles por debajo de los registrados durante la crisis mundial de 2009. Ya en 2021 ese deterioro se revirtió, aunque siguen siendo inferiores a los del pico de 2011 y, en gran medida, derivados del aumento de los precios internacionales de las materias primas.
Por eso muchas pymes buscan expandirse comercialmente al exterior, sobre todo a Estados Unidos, que tiene un mercado muy amplio para una gran variedad de productos de manufactura.
Este mercado importa al año USD 2.405.382 millones, y se estima que siga creciendo en los próximos 5 años un 15% anual, haciéndolo muy atractivo y una excelente oportunidad para expandirse y poder crecer de forma sostenida.
En Argentina hay cerca de 9.000 empresas registradas para exportar pero son 60 solamente que lo hacen por un promedio de US$100 millones de forma anual, o sea solo el 0,3% de las exportaciones globales.
En un contexto que impacta directamente a las pymes y su capacidad de producción, con una inflación en aumento; importar materia prima y tecnología una economía dolarizada, hace muy difícil el crecimiento en el comercio internacional.
Pero a la hora de querer ingresar al mercado norteamericano, las pequeñas y medianas empresas, el primer obstáculo es el desconocimiento sobre como poder exportar, o como hacer la primera exportación.
Además, las barreras arancelarias, regulaciones, competencia, y la cultura local son otras de las trabas.
Y por último uno de los grandes problemas, dejando afuera el tema de los pagos y cobranzas, es la logística. Es todo un desafío para una pyme gestionar una logística internacional para tener operaciones de exportación a EEUU u otro destino.
Tras recabar información sobre éste escenario, la startup Qubik ingresó al mercado para conectar Estados Unidos con Latinoamérica a través de soluciones logísticas con alto grado de tecnología. Con su plataforma y enfoque "0 assets", está simplificando el comercio transfronterizo.
“Sabemos que para poder darle a nuestros clientes una solución logística integral, no alcanza con solo una plataforma tecnológica, las pymes necesitan tener un socio estratégico que las acompañe en todo el proceso, y esto es lo que encuentran en nosotros. Somos tecnología más gestión a disposición de nuestros clientes” afirmÓ el CEO y cofundador de Qubik, Matías Jalil.
Qubik funciona como un partner logístico bajo demanda, que combina tecnología y analítica en una plataforma capaz de dar visibilidad y control sobre toda la cadena de suministro. Así mismo, ayuda a las empresas a reducir los costos logísticos, y acelerar los tiempos de entrega.