La soja enfrenta en esta campaña un doble desafío: una creciente brecha de rendimiento y una disminución en el contenido proteico del grano.
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SUSCRIBITEMejorar la calidad y reducir las actuales brechas de rendimiento que hoy muestran una marcada tendencia creciente en Argentina son aspectos claves que permiten explotar el mayor potencial del cultivo.
La soja enfrenta en esta campaña un doble desafío: una creciente brecha de rendimiento y una disminución en el contenido proteico del grano.
Ambos factores están afectando la rentabilidad y la competitividad del sector, con impactos significativos en el mercado.
Estos condicionamientos están estrechamente relacionados con la nutrición de los cultivos, lo que abre un espacio para soluciones nutricionales de alta eficiencia como FRONDA, nitrogenado foliar+bioestimulacción de IF -Ingeniería en Fertilizantes-, corrigiendo deficiencias nutricionales de manera inmediata, sin pérdidas, maximizando la absorción y la eficiencia.
En cuanto al rendimiento, los datos hablan por sí mismos: en la soja de primera, existe una brecha del 38%, equivalente a 1,8 toneladas por hectárea (t/ha).
Esto significa que, mientras el rendimiento potencial podría alcanzar 4,7 t/ha, el promedio actual es de apenas 2,9 t/ha en nuestro país.
Por su parte, en la soja de segunda, la brecha es aún mayor. En estos cultivo alcanza el 44%: de las 3,8 t/ha potenciales, el promedio actual se queda en 2,2 t/ha.
Un análisis detallado revela que una buena parte de esta brecha de rendimiento se explica por causas nutricionales, en un contexto de “minería de nutrientes” donde los suelos están exportando más nutrientes de los que se reponen.
En este proceso de agotamiento de los suelos, elementos esenciales como el fósforo y azufre, así como algunos micronutrientes, principalmente boro y zinc, se encuentra en déficit en gran parte de la región productiva de nuestro país.
Estas deficiencias afectan directamente el rendimiento de los cultivos y la calidad de los granos.
En este sentido, FRONDA es una solución ideal, ya que ofrece gran parte de los nutrientes necesarios (Nitrógeno, Boro y Zinc) de manera rápida y precisa mediante aplicación foliar.
“Es un producto que en estos casos maximiza la absorción y disponibilidad de los nutrientes en el momento justo del ciclo del cultivo. Pero además, aporta una equilibrada bioestimulación, aportes de nutrición orgánica altamente asimilables”, comentó la ingeniera agrónoma Ana Julia Pérez Moreno, especialista de IF.
Con su tecnología de aplicación foliar, FRONDA entrega estos nutrientes directamente a las hojas, asegurando una altísima eficiencia de absorción. Esta aplicación permite al productor suplir las deficiencias de forma inmediata, especialmente en etapas críticas de crecimiento (R3-5), con un retorno de inversión claro y eficiente.
“De esta manera se ayuda a reducir la brecha de rendimiento en el cultivo de soja, permitiendo que la planta exprese su máximo potencial en cuanto a productividad y calidad”, explicó la líder de desarrollo técnico de IF.
Además del rendimiento, el contenido de proteína en la soja argentina ha estado en una preocupante caída en los últimos años, afectando tanto el proceso de molienda como la competitividad de la harina de soja en los mercados internacionales.
De acuerdo con estudios del INTA, el contenido proteico promedio a nivel nacional ha bajado constantemente: en la campaña 2020/21 fue del 36,6%, en la de 2021/22 bajó a 35,6%, y en la más reciente, 2022/23, cayó a 34,5%.
Esta fluctuación y declive en el nivel proteico no solo impacta la calidad del producto final, sino también la posición de Argentina como proveedor confiable en el mercado global de harinas proteicas.
“La aplicación de FRONDA, al cubrir deficiencias críticas de nutrientes como Nitrógeno, no solo el favorece un crecimiento, y cuajado de granos sino que también tiene un efecto positivo en la síntesis de proteínas, contribuyendo a mejorar el contenido proteico del grano”, argumentó Pérez Moreno.
Esto no solo beneficia al productor a nivel de rendimiento y calidad del grano, sino que también optimiza el valor del producto para la molienda y el mercado.
Gracias a su alta eficiencia y efectividad, el producto representa una solución de bajo costo y alto retorno para los productores que buscan mejorar el rendimiento de sus cultivos y responder a la creciente demanda de una soja con mejor calidad proteica.
“Al aportar los nutrientes de manera oportuna y eficiente, FRONDA no solo permite cerrar la brecha de rendimiento en la soja, sino también fortalecer su competitividad en el mercado internacional”, destaca la investigadora.
Por su parte, Ingeniería en Fertilizantes, a través de FRONDA, ofrece a los productores argentinos una herramienta de nutrición foliar que se adapta a las necesidades actuales del cultivo de soja en el país, en medio de una campaña desafiante.
Con una combinación única de nitrógeno, micronutrientes críticos, y bioestimulación, FRONDA, compatible en la mezcla con fungicidas permite a los productores enfrentar los desafíos y achicar brechas de rendimiento y el contenido proteico, promoviendo un cultivo más rentable, eficiente y con un menor impacto ambiental.
“Con soluciones como esta, Argentina tiene la oportunidad de sostener su liderazgo en la producción de soja, mejorando la productividad y calidad en un contexto de exigencias crecientes a nivel global”, concluyó Pérez Moreno.