Hablemos de Blendtec, una pequeña empresa de licuadoras fundada por Tom Dickson, que en octubre de 2006 lanzó la campaña “Will it Blend?” (“¿Batirá?”, en español), donde se veía al propio Dickson probando la licuadora para ver si esta podía batir productos de todo tipo. Y cuando digo todo, es todo: desde pelotas de golf, hasta iPads –y más recientemente, objetos de series populares como “The Mandalorian”.
A partir de ahí, la campaña solo fue en ascenso, tanto que incluso hoy su canal de YouTube sigue vigente, y todavía podemos ver a Dickson batiendo cualquier tipo de cosa en videos que alcanzan las 879k de vistas.
De hecho, uno de sus videos más populares es el del iPad, subido a la plataforma en 2010, y que tiene más de 19 millones de vistas.
Pero seguro te preguntarás, todo bien con la viralización del contenido, ¿pero la gente compra el producto? Según el fundador de Blendtec, totalmente.
La campaña tuvo un despegue casi instantáneo, así como un “asombroso impacto” tanto en el éxito comercial de la marca, como en la venta de productos al público minorista: según la marca, las ventas aumentaron en un 700% en un año, solo gracias a esta campaña.
Y aunque no tenemos los resultados de venta exactos al día de hoy, lo que sí podemos destacar es que el canal de “Will it Blend?” –y Blendtec como marca– tiene un reconocimiento entre el público que no tiene ninguna otra marca de licuadoras. ¿No?
Entonces, ¿cuáles son las claves para que el contenido sea atractivo para el público, al nivel de viralizarse y aumentar las ventas de tu marca?
Primero, los videos son cortos. Casi como si hubiera hecho una predicción a futuro, los videos de Tom Dickson fueron creados a la perfección para el consumidor promedio de Internet hoy: todos duran menos de 3 minutos. Ideales para captar tu atención al instante.
Dos: la venta del producto es completamente orgánica. Sí, dedican unos segundos a indicarle al público dónde se puede encontrar el producto, pero el video arranca con una rápida intro de qué se mezclara, para luego pasar directamente a la acción, dejando a la audiencia encajar todas las piezas.
Sin embargo, ¡el producto es la estrella de la campaña! Sin hablar del producto. Increíble, ¿no?
Por último, tiene un elemento clave para la viralización que es que genera una emoción muy clara en el público: en este caso, te genera intriga. ¿Realmente se batirá? ¿Qué pasará con el iPad? ¿Se romperá la licuadora?
Al final, esta campaña puso el producto sobre la mesa gracias a una campaña de marketing poco convencional y creativa, alcanzando el nivel máximo de brand awareness, alcanzando a millones de personas con un contenido viralizable, que combina a la perfección el humor y los beneficios del producto.
Además, al aprovechar las redes sociales y el contenido generado por los usuarios, Blendtec fue capaz de crear un sentimiento de comunidad en torno a la campaña, impulsando aún más el compromiso y la lealtad a la marca.
¿La lección de Blendtec? Muchas veces, arriesgarse y hacer algo diferente puede dar grandes frutos.