En el ecosistema emprendedor, especialmente en las startups en etapa temprana, hay algo que sucede de forma inevitable: la marca personal del founder y la identidad de la empresa se nutren.
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SUSCRIBITEPor qué en una startup la comunicación de su creador es una estrategia, no un lujo.
En el ecosistema emprendedor, especialmente en las startups en etapa temprana, hay algo que sucede de forma inevitable: la marca personal del founder y la identidad de la empresa se nutren.
No es solo una coincidencia estética ni una cuestión de egos: es una dinámica natural y poderosa, que puede jugar a favor -o en contra- de la sostenibilidad del proyecto.
En este contexto, trabajar la comunicación del líder no es lujo, ni vanidad: es una herramienta de posicionamiento estratégico.
En una startup que recién comienza, los productos pueden cambiar, los modelos de negocio pivotear y los equipos aún están en formación o ni siquiera existen.
Pero lo que permanece, al menos en los primeros tramos, es la figura del CEO o fundador.
Su manera de hablar, de escribir, de presentarse y de contar la historia del proyecto termina siendo, en muchos casos, la primera -y más directa- vía de conexión con inversores, prensa, socios potenciales y usuarios.
Esa voz no solo informa: transmite valores, genera expectativas, construye confianza.
Cuando está trabajada con criterio y coherencia, ayuda a legitimar el proyecto y abrir puertas que, de otro modo, tardarían más en destrabarse.
Ser visible no es lo mismo que ser relevante. No se trata solo de aparecer en eventos o publicar contenido por obligación.
Se trata de construir una narrativa sólida, anclada en la visión del proyecto, en la trayectoria del founder y en la capacidad de conectar con otros desde la autenticidad.
Un CEO que comunica con claridad -sin improvisar, con lenguaje propio y tono consistente- no solo representa a su empresa: la potencia y proyecta.
Se convierte en un punto de referencia para su comunidad, para su industria, para sus pares. En un mercado donde la credibilidad vale tanto como la innovación, esa proyección tiene valor tangible.
Un founder que trabaja su comunicación contribuye directamente al valor reputacional de la startup.
No es casual que las startups más prometedoras del mundo tengan líderes que saben hablar, escribir, presentarse.
Que saben, sobre todo, escuchar y adaptar su mensaje sin perder identidad.
Esa construcción comunicacional genera confianza ante los inversores, despierta interés en los medios, facilita alianzas estratégicas y atrae talento. Es decir, habilita oportunidades.
Y lo hace desde un activo que no requiere inversión millonaria, sino visión estratégica, criterio, continuidad y trabajo.
Aunque esta lógica se ve con mayor claridad en el mundo startup, es aplicable a cualquier PyME donde el fundador o CEO siga siendo una figura activa.
En muchos casos, su presencia sigue siendo decisiva para los vínculos comerciales, las negociaciones clave o incluso la cultura interna.
Por eso, animarse a trabajar la comunicación personal del líder -ya sea en redes, en medios, en foros profesionales o simplemente en el storytelling de marca- no es una pérdida de tiempo.
Es una apuesta a largo plazo que puede acelerar el posicionamiento de la empresa, multiplicar su alcance y consolidar su legitimidad.
Facundo Farias es consultor en comunicación estratégica, marketing de contenidos y prensa.
Speaker y columnista en temas de comunicación para PyMEs y emprendedores.
