La autoridad monetaria británica mantuvo invariables los tipos de interés en el 0,25 por ciento, al tiempo que el Reino Unido se prepara para iniciar el proceso negociador con Bruselas para abandonar la Unión Europea (UE).
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SUSCRIBITELa autoridad monetaria británica mantuvo invariables los tipos de interés en el 0,25 por ciento, al tiempo que el Reino Unido se prepara para iniciar el proceso negociador con Bruselas para abandonar la Unión Europea (UE).
En la última reunión celebrada por el Comité de Política Monetaria de la entidad, se acordó no modificar los tipos ante la posibilidad de que las negociaciones para ejecutar el "brexit" provoquen turbulencias económicas.
La decisión llegó justo antes de la activación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, el cual inicia formalmente el proceso de salida del Reino Unido del bloque comunitario.
De los ocho miembros de ese comité, sólo uno votó a favor de elevar las tasas de interés, por la preocupación por un alza de la inflación.
En esa reunión votó -posiblemente por última vez- la vicegobernadora saliente del Banco de Inglaterra, Charlotte Hogg, que presentó su dimisión el pasado martes tras quebrantar el código de conducta de la entidad al no declarar que su hermano tiene un cargo directivo en el banco privado Barclays.
Hoggs había sido nombrada para ese puesto el pasado 9 de febrero y había ocupado varios cargos en la entidad emisora desde que fue contratada en 2013.
Según los analistas, pese a que la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó sus tipos de interés por tercera vez en una década este miércoles, el Banco de Inglaterra optó por un enfoque monetario estable hasta que el impacto del "brexit" esté más claro.
Hasta la fecha, la economía británica frustró las previsiones hechas por los expertos en el actual clima político incierto.
La pasada semana, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) revisó al alza su previsión de crecimiento para 2017, hasta el 2%, frente al 1,4% estimó en noviembre.
Por otro lado, ese organismo de supervisión fiscal también pronosticó la reducción del crecimiento del producto interior bruto (PIB) en los años siguientes, hasta un 1,6% en 2018, un 1,7% en 2019, un 1,9% en 2020 y -coincidiendo con lo previsto- un 2% en 2021.
Según la OBR, el déficit presupuestario descenderá en 2017-2018 al equivalente de un 2,6% del PIB, frente al 3,8% de 2016, y se situará en un 0,7% en 2021-2022.
Fuente: EFE