El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sus estimaciones para la Argentina y estimó que la economía caerá 2,8% en 2024 y la inflación será del orden del 150% anual.
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SUSCRIBITELa inflación alcanzará el 150 por ciento en todo el año.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sus estimaciones para la Argentina y estimó que la economía caerá 2,8% en 2024 y la inflación será del orden del 150% anual.
Así lo señaló en el Panorama Económico Mundial que fue presentado en el marco de la Reunión de Primavera del organismo que se desarrolla en Washington.
Con relación a 2025, el FMI espera que la inflación se reduzca a 45% y en paralelo se produzca un fuerte incremento de la actividad económica de 5%.
El organismo entiende que la contracción de la economía este año es producto de las medidas de ajuste que está tomando el Gobierno de Javier Milei, pero al mismo tiempo espera un cambio de tendencia para el año próximo.
La presentación del informe estuvo a cargo del economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, quien ofreció una conferencia de prensa en la sede del organismo.
Respecto a la situación laboral, el FMI espera que se eleve esta año a 8% para reducirse a 7,5% en 2025.
"Las autoridades están implementando un plan muy ambicioso para restaurar la estabilidad macroeconómica", destacó Gourinchas, que se centra en "un fuerte ajuste fiscal" que "elimina particularmente el financiamiento del Gobierno por parte del Banco Central, que fue uno de los factores por los que se produjeron cifras de inflación muy elevadas en años anteriores".
"Eso ya está mostrando sus efectos: vemos esta fuerte disminución de la inflación y el progreso hasta ahora ha sido realmente impresionante. Las autoridades han podido registrar un superávit fiscal por primera vez en más de una década", aseveró el economista.
El ministro de Economía, Luis Caputo, viajará a Washington esta noche para participar de la Asamblea anual, donde mantendrá una serie de reuniones con la cúpula del FMI, del BID y de Bancos de Inversión.
El ministro mantiene esperanzas de poder modificar en parte el acuerdo en curso para conseguir dólares que le permitan acelerar la salida del cepo cambiario.
El FMI elevó este martes una décima la perspectiva de crecimiento económico de Latinoamérica y el Caribe en 2024, hasta un 2%, es decir 0,3 puntos por debajo de la cifra de 2023 debido a la situación en Argentina.
En comparación con el de octubre de 2023, no obstante, la previsión de 2024 es tres décimas inferior, mientras que la de 2025, del 2,5%, mejora en una décima.
En 2023, la región de América Latina y el Caribe creció un 2,3%, lo que significa que estas nuevas estimaciones para 2024 prevén una ligera desaceleración de la economía antes de volver a tomar impulso.
En enero se atribuyó la disminución del ritmo de crecimiento en 2024 a la caída del PBI en Argentina, que entonces se situó en el -2,8%, si bien para 2025 se esperaba allí una suba del 5%. Las cifras de este abril no modifican los pronósticos de entonces.
Las estimaciones para las dos principales naciones de la región, Brasil y México, ofrecen caminos divergentes.
A Brasil se le anticipa un alza del producto bruto del 2,2% este año y del 2,1% en 2025, lo que supone aumentos respectivos de cinco y dos décimas respecto a lo proyectado en enero pasado, y se espera que México crezca un 2,4% en 2024 y un 1,4% el próximo año, lo que implica una revisión a la baja de tres décimas en el primer caso y de una en el segundo.
El crecimiento previsto ahora por la organización para ambos países no supera las cifras de 2023, año en que la economía brasileña subió un 2,9% y la mexicana un 3,2%.
El FMI precisó que la moderación en Brasil se debe a la consolidación fiscal, los efectos de una política monetaria aún restrictiva y una menor contribución de la agricultura, mientras que en México se justifica en unos resultados más débiles de lo previsto para finales de 2023 y principios de 2024, con una contracción del sector manufacturero.
Salvo Argentina, por otra parte, no hay ningún país sudamericano que aparezca en negativo este año.
Venezuela experimentará el mayor alza prevista, del 4%, que no cambia el de 2023, y está seguida por Paraguay (3,8%), Uruguay (3,7%), Perú (2,5%), Chile (2%), Bolivia (1,6%), Colombia (1,1%) y Ecuador (0,1%). Solo Uruguay, Perú y Colombia mejoran sus datos de 2023.
Para 2025, el FMI espera que el PIB se sitúe de nuevo en el 3,8% en Paraguay, en el 3% en Venezuela, en el 2,9% en Uruguay, en el 2,7% en Perú, en el 2,5% en Colombia y Chile, en el 2,2% en Bolivia y en el 0,8% en Ecuador.
El PBI de Sudamérica pasará del 1,5% en 2023 al 1,4% en 2024 y al 2,7 en 2025.
En Centroamérica considera que habrá una desaceleración, desde el 4,2% de 2023 hasta el 3,9 y 3,8% en 2024 y 2025, mientras que en el Caribe contempla un impulso este año (9,7%), frente al avance del 8,3 % en 2023, pero para 2025 reduce la suba al 6,9%.
Haití, el país más pobre de la región e inmerso en una crisis de desgobierno que no parece tener fin, encadenará contracciones del 4% del PBI y el FMI no cree que se recupere en los próximos cinco años.
El pronóstico del FMI para 2024 y 2025 en Latinoamérica y el Caribe está muy por debajo del anticipado para el conjunto de mercados emergentes y economías en desarrollo, que en ambos años se sitúa en un 4,2%, y también del previsto para la economía global, que en los dos casos está en un 3,2%.
El organismo elevó este martes una décima su previsión de crecimiento mundial, hasta el 3,2%, y celebró la “sorprendente resiliencia” de la economía pese a las tensiones geopolíticas de las guerras de Ucrania y Gaza y la cada vez mayor fragmentación del comercio.
“En nuestro informe encontramos que la economía global sigue siendo bastante resistente. Aunque existen diferencias entre regiones y países, a pesar de muchas predicciones sombrías, la economía global se ha mantenido estable y la inflación ha regresado a su objetivo con bastante rapidez”, expresó Pierre-Olivier Gourinchas.
En el nuevo WEO, el FMI mejoró una décima las perspectivas económicas mundiales para este año, mientras que para 2025 mantiene sus pronósticos previos y prevé que la economía crecerá también un 3,2%.
Y elevó dos décimas las previsiones de crecimiento de las economías avanzadas hasta el 1,7% este año gracias a las buenas perspectivas de la economía estadounidense, que crecerá el 2,7% este año, y mantuvo en el 1,8% las de 2025.
La zona euro continúa empeorando sus previsiones y crecerá una décima menos de lo estimado en enero, el 0,8%, por el empeoramiento del crecimiento de Alemania (tres décimas, hasta el 0,2%) y de Francia (también tres décimas y el 0,7%).
El PBI de Italia avanzará también el 0,7% (sin cambios respecto a enero), mientras que España es el único país de las cuatro economías más importantes de la UE que mejora: cuatro décimas, hasta el 1,9%.
En cuanto a las economías emergentes, el FMI también aumenta una décima su estimación de crecimiento para este año, hasta el 4,2%, la misma cifra que en 2025.
La previsión sobre la economía de China se mantiene en el 4,6%, mientras que la de Latinoamérica y el Caribe mejoran una décima, hasta el 2%.
Según cálculos del FMI, la inflación media mundial en este 2024 será del 5,9% y se reducirá el próximo año al 4,5%.
Aún así, todavía existen riesgos de que se reviertan las bajadas producidas en los últimos meses, por lo que el FMI recomienda a los bancos centrales que “permanezcan alerta” y estudien cuidadosamente cuándo bajar los tipos, algo que según la institución sucederá en la segunda mitad de este año.
Aunque el resiliente crecimiento global muestra que “la pandemia dejará menos cicatrices económicas” de las esperadas, es preocupante que la tasa de crecimiento a medio plazo siga siendo históricamente baja, apuntó Gourinchas.
Según las últimas previsiones, dentro de cinco años la economía crecerá en torno al 3,1%, la cifra más baja en décadas.
Esto se debe en gran parte, señala el FMI, a la cada vez mayor fragmentación geopolítica y a la reversión de la integración económica transfronteriza impulsada por políticas proteccionistas, que está teniendo consecuencias como la limitación de los flujos internacionales de bienes, servicios, capital y trabajadores.
De hecho, el FMI rebajó en tres décimas el crecimiento del comercio mundial en 2024 y 2025, hasta el 3% y el 3,3% respectivamente, cifras que están “por debajo del nivel histórico”.
La fragmentación geoeconómica generará también “fricciones comerciales” y causará una “reorganización de los vínculos comerciales globales” que podría pesar sobre la actividad global en el futuro, señala el organismo.
Como hace en cada actualización del WEO, el FMI dibuja un escenario de riesgos que podrían empeorar las previsiones, entre los que menciona una escalada del conflicto en Oriente Medio, que podría empezar a materializarse este fin de semana con el ataque de Irán a Israel.
Si la inestabilidad crece, afirma el informe, habrá un aumento de los precios del petróleo y de los costes del transporte.
La geopolítica, señala el FMI, podría complicar el proceso de desinflación en curso y retrasar la flexibilización de las políticas de los bancos centrales, con efectos negativos en el crecimiento económico mundial.