La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pidió poner en marcha de manera "urgente" políticas más ambiciosas para prevenir las sequías y paliar sus consecuencias ante el creciente daño económico, ecológico y humano que ocasionan a nivel global.
"Las sequías son cada vez más frecuentes y más severas en todo el mundo", subrayó la entidad en un informe sobre el impacto cada vez mayor que tienen estos episodios en la economía mundial.
Políticas para reducir el efecto de las sequías
Los territorios afectados por sequías se duplicaron entre 1900 y 2020 y además el fenómeno se agravó recientemente.
Un 40% de la superficie terrestre ha sufrido un incremento de la frecuencia y la intensidad de las sequías en las últimas décadas, subraya el documento.
Los análisis más recientes de la OCDE revelan que, desde 1980, un 37% de la superficie terrestre ha sufrido «pérdidas significativas de humedad» y que el 62% de los acuíferos supervisados están en declive.
El informe reflejó el "fuerte aumento de los costos de las sequías", que aumentan cada año entre un 3 y un 7,5%, según los análisis de la organización.
También identificó que una sequía en 2025 causa el doble de daños que una en 2000, pero que en 2035 esos daños serán un 35% superiores a los de hoy.
Los principales daños se producen en la agricultura, pero también en la pérdida de generación hidroeléctrica o en aspectos menos visibles, como la reducción del transporte fluvial.
A pesar de que las sequías son únicamente un 6% de los desastres naturales, causan un 34% de las muertes por estos fenómenos (debido sobre todo a las hambrunas) y generan desplazamientos y migraciones, especialmente en el África subsahariana.
Las consecuencias del cambio climático
La OCDE precisó que el cambio climático es el principal factor global en el aumento de las sequías y advirtió que con un aumento de las temperaturas de 4 grados centígrados respecto a la era preindustrial estos fenómenos serían hasta siete veces más frecuentes y graves.
Las sequías se ven agravadas igualmente por la "agricultura insostenible" por sus prácticas de riego y por el desarrollo urbano, que aumenta la impermeabilización de los suelos.
Ante esta situación, la OCDE solicitó aplicar "enfoques proactivos", como la inversión en medidas de resiliencia ante la sequía, que dan resultados inmediatos y a largo plazo.
Cada dólar invertido en este área genera de 2 a 3 dólares en beneficios, aunque la cifra puede subir a 10 si se consideran los daños evitados.
El informe también requirió "políticas eficaces" de gestión del agua, a fin de asegurar una asignación más racional de los recursos disponibles.
Además, apuesta por políticas conjuntas en varios sectores, como la adaptación de la agricultura con mejores sistemas de irrigación o cultivos resistentes a la sequía o la restauración de suelos urbanos (un programa de este tipo en Estados Unidos ha restaurado a la naturaleza 780 millones de metros cúbicos de agua anuales).
"Con las estrategias adecuadas, estos esfuerzos pueden sentar las bases para el desarrollo sostenible, garantizando la seguridad hídrica y alimentaria, la resiliencia climática y ecosistemas saludables", concluyó la OCDE.