Tras una caída de ventas del 60 por ciento, Algodonera Avellaneda, firma subsidiaria del grupo Vicentin, se presentó en concurso de acreedores ante la Justicia.
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SUSCRIBITELa firma tiene plantas en Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero.
Tras una caída de ventas del 60 por ciento, Algodonera Avellaneda, firma subsidiaria del grupo Vicentin, se presentó en concurso de acreedores ante la Justicia.
La empresa habría sido afectada por la apertura de importaciones y sucesivos conflictos sindicales que incluyeron bloqueos y parálisis en la producción.
La empresa había sido comprada por Vicentin al grupo Eurnekian hace más de tres décadas.
Se dedica al acopio y desmontado del algodón, en tres plantas ubicadas en Reconquista, Santa Fe; Gral. Pinedo, Chaco; y Bandera en Santiago del Estero.
Si bien hasta 2015 le producía a la marca Estrella, en los últimos años se dedicó a la industria textil y en menor medida a los productos de cosmética e higiene personal.
Algodonera Avellaneda fue garante del proceso de la cerealera y a partir de ahí quedó comprometida su situación financiera, sumada a la caída en producción y ventas durante la pandemia en 2020.
La empresa siempre tuvo líneas de crédito con el Banco Nación, pero al ser una de las garantes de Vicentín, en el concurso que arrancó en 2020, a la algodonera se le cayó el crédito.
El concurso cayó en manos del juez de Reconquista Fabián Lorenzini, mismo letrado que históricamente llevó el caso del concurso del gigante cerealero.
La búsqueda de la firma para terminar su concurso de acreedores y empezar a pagar la deuda sufrió en noviembre una nueva demora.
La Corte Suprema de Justicia de Santa Fe dio lugar a estudiar un recurso de queja contra la homologación del concurso presentada por el acreedor Commodities SA.
La dilación del proceso pone en riesgo a la empresa. Cuando comenzó el concurso, la caja de la compañía contaba con 54 millones de dólares, pero ahora está en 14 millones.
Al respecto, Estanislao Bougain, uno de los directores de la cerealera, se refirió a esta decisión de la Justicia y reconoció.
“No la esperábamos, porque todos nuestros asesores nos dijeron que esto no iba a ocurrir”, subrayó el ejecutivo.
“Esto es una barbaridad, porque una cosa es tener una sentencia que no te gusta y otra es recibir una sentencia que es una barbaridad. Estamos en el segundo caso”, manifestó.
Aunque Vicentin sigue operando con una alta capacidad en la línea de producción, pagando sueldos e impuestos y sin acumular deudas posconcursales, “esto no es gratis”.
Bougain explicó: “Al presentarnos en concurso teníamos 54 millones de dólares en caja, pero esos fondos se han ido perdiendo porque nos hemos financiado con ellos. Hoy, tenemos solo entre 13 y 14 millones de dólares, pero este monto también se agotará en breve”.