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Habilitades Soft

Del liderazgo del hacer, al liderazgo del ser

Existe un nuevo liderazgo en las empresas que, guiados por la humildad como motor de aprendizaje, aprecian no sólo las habilidades técnicas y profesionales, sino principalmente las cualidades humanas. Conocé los beneficios del Liderazgo Humanista.

Por Lorena Marino 15 de octubre de 2024 - 08:55

El siglo XXI ha traído consigo un torbellino de cambios. En apenas dos décadas hemos atravesado crisis económicas, conflictos bélicos y pandemias que han impactado tanto a la sociedad como a las empresas. Los seres humanos ya no estamos dispuestos a sacrificar nuestra salud y bienestar por un empleo, y buscamos personas que tengan un liderazgo mas moderno que comprendan y respeten nuestras necesidades y aspiraciones personales.

Fenómenos como la gran renuncia, la renuncia silenciosa y la alta rotación de personal están redefiniendo las prioridades de las empresas. Sumado al vertiginoso avance de la inteligencia artificial y otros desarrollos tecnológicos que refuerzan la idea de que el cambio es la única constante.

Este contexto de volatilidad, incertidumbre y cambios acelerados demanda no sólo flexibilidad y resiliencia por parte de las organizaciones, sino, y por sobre todas las cosas, el reconocimiento de los seres humanos como su mayor activo.

Así como en el siglo XV en Italia, cuando las personas pasaron a ser el centro del progreso social y cultural, hoy estamos frente a un nuevo Renacimiento: un cambio del hacer al ser.

Un nuevo liderazgo

El liderazgo humanista emerge como una respuesta natural a la necesidad de articular los cambios tecnológicos con la revalorización de la sensibilidad humana.

Estos nuevos líderes, guiados por la humildad como motor de aprendizaje, aprecian no sólo las habilidades técnicas y profesionales, sino principalmente las cualidades humanas: la empatía, la creatividad, la ética y la capacidad de colaborar.

Escuchan activamente, se preocupan por el bienestar de quienes trabajan con ellos y fomentan un sentido de pertenencia. Buscan resultados, pero no a cualquier costo.

Desde esa convicción y quizás sin proponérselo, los líderes humanistas desarrollan una estrategia empresarial robusta y de largo plazo, que profesionaliza y beneficia profunda y concretamente a las organizaciones que integran.

Al sentirse valorados no sólo disminuye la rotación de personal, sino que los individuos están más dispuestos a contribuir con sus mejores ideas y esfuerzos, en el marco de un intercambio fluido que, a su vez, permite identificar y resolver problemas de manera oportuna y colaborativa.

Los beneficios del Liderazgo Humanista

Conscientes de su propósito y guiados por líderes que los capacitan y alientan, los colaboradores asumen más responsabilidades y aumentan su autonomía en la toma de decisiones.

Por supuesto que, como toda transformación, no es fácil.

Implementar y mantener este enfoque requiere un cambio cultural profundo y un compromiso genuino por parte de la alta dirección y de los líderes.

Demanda tiempo y esfuerzo, así como una comunicación clara y constante para asegurar que todos los niveles de la organización encuentren ese equilibrio deseado entre ser empáticos y mantener altos niveles de rendimiento.

Fuera de todo altruismo, al priorizar el bienestar y la satisfacción de las personas el liderazgo humanista tiene la capacidad de aumentar el compromiso, mejorar la productividad y elevar los resultados de una organización.

En un mundo donde la tecnología, la automatización y la inteligencia artificial avanzan a pasos agigantados, el liderazgo humanista puede ser una de las grandes revoluciones del siglo XXI. Poner a las personas en el centro no solo construye mejores organizaciones, sino también un mundo laboral más humano y sostenible.

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