Hernán Castellani es socio fundador y brewmaster de Sir Hopper. Es, también, un referente en el mundo de la cerveza artesanal.
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SUSCRIBITEHernán Castellani es socio fundador y brewmaster de Sir Hopper. Es, también, un referente en el mundo de la cerveza artesanal.
Oriundo de la ciudad de Bolívar, él se define “del campo”. En una entrevista con este medio relata una anécdota lejana.
En su familia hacían facturas caseras, chorizo, jamón, morcilla y queso de chancho. Un día, su abuela le prestó la olla con la que hacían la morcilla para poder empezar a hacer cerveza.
“Como buen nerd, cuando tomo una muy buena cerveza casi que no la puedo disfrutar, porque estoy pensando en cómo reproducirla. Eso es lo que me pasó con una Hemp IPA que probé hace 3 años en New Belgium, Carolina del Norte”, relata.
Y sigue: “A los diecisiete años viajé a Alemania en un intercambio por cuatro meses y tomé cervezas industriales pero de muy buena calidad y ahí ya me cambió un poco la película de mi percepción de la cerveza frente a las cervezas industriales que tomaba en Argentina. A mis dieciocho años (en el año 2006) empecé a cursar la carrera de Ingeniería Química en la UTN”.
En la primera materia de la facultad a las diez de la mañana, un compañero lo invitó a probar una English Brown caliente en un descanso de las clases que le “voló la cabeza”.
“Me gustó la birra y me di cuenta que podía hacer eso en mi casa, por eso a los dos o tres meses de eso, me compré un kit para hacer 20 litros de cerveza en mi casa”, subraya Castellani.
“El camino es bastante largo. Mis primeras cervezas eran como líquido de baterías carbonatado, muy malas. Tuve un laburo en relación de dependencia que no me gustó y un amigo me invitó a hacer cerveza para vender. Ahí comenzó un camino más serio donde me empecé a formar", menciona el emprendedor.
"Hasta entonces tenía una vida más o menos acomodada desde lo económico porque mi padre me mantenía. Pero en un momento corté relaciones con él y de la noche a la mañana me tuve que mantener. Tuve que tomar una decisión y decidí hacer lo que me gusta antes que hacer plata con algo que me haga feliz. Y empecé a remar con la birra”, describe.
“La primera vez que empecé a vender cerveza de manera comercial fue de esta forma: un amigo me dice que tenía una casa grande y yo tenía un brewhouse de ciento cincuenta litros que para ser Homebrewer era grande en ese momento, estoy hablando del año 2009”.
Este amigo le dice: “Venite a mí casa, hagamos birra y la vendemos”.
“Íbamos a ferias y a eventos, nos compramos un fermentador de 300 litros y después uno de 500 y le metíamos triple cocción”, recuerda.
Era un homebrewer escalonado con bombitas de lavarropas y con un equipamiento bastante rudimentario, pero con mucho amor.
Y salió de un grupo de amigos que nos juntábamos a tomar cerveza, por eso la cerveza se llamaba de BAHB que era Buenos Amigos haciendo Birra.
“Luego comencé a hacer sólo cervezas lupuladas con una impronta muy particular. Tenía lúpulos americanos cuando en Argentina no había lúpulos americanos y mis birras salían un poco de lo convencional en ese momento.
Un amigo, en ese entonces, me recomienda crear una marca nueva y de ahí surge Sir Hopper”, recuerda.
“Sir Hopper nació y va a seguir sin estructura fija: contamos con 3 colaboradores, una estructura mínima; además, los que trabajamos somos socios: María Sol García Luquez, Juan Pablo Cerdeira, Julia Real; y no repetimos las recetas”.
“Imaginamos, investigamos, aprendemos y cocinamos con pasión. Vivimos proyectando el futuro y soñando en grande. La creatividad es nuestro motor y nos mantiene en constante movimiento. La idea es mantener ese espíritu siempre curioso y ponerle nuestro sello a lo que hacemos”.
Hoy en día la empresa está dando sus primeros pasos en la internacionalización. Cuenta que hicieron algunas pruebas piloto enviando muestras a Valencia-España, con la idea de expandirnos a Santiago de Chile y Montevideo.
La empresa apuesta por el Mercosur, para poder posicionar su producto en mercado extranjero.
Es importante destacar que la cerveza tiene muchos limitantes para ser conservado en óptimas condiciones, entre una de ellas es la logística. El mercado europeo, va a ser el segundo paso.
“Nosotros queremos hacer un producto de máxima calidad al costo que conlleve. Para este equipo, una cerveza artesanal de calidad es mucho más que una elaborada por una empresa pequeña e independiente. Tiene que ver con la creatividad, la calidad, y la frescura”, finaliza.
Lionel Paredes es un destacado profesional del Comercio Exterior y conferencista en temas de Negocios.
Especialista en Comercio Internacional, Profesor Universitario, Periodista en LA NACIÓN, A24, Pymes en La Red AM 910.
Conduce el Noticiero Perspectiva en Washington D.C., EE.UU., y es Speaker Internacional.