De todas maneras, proyectó un repunte más fuerte durante el año próximo, revisión que exigiría un congelamiento del presupuesto y alzas de impuestos a medida que el país abandona su peor recesión histórica.
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SUSCRIBITEDe todas maneras, proyectó un repunte más fuerte durante el año próximo, revisión que exigiría un congelamiento del presupuesto y alzas de impuestos a medida que el país abandona su peor recesión histórica.
El Ministerio de Hacienda bajó su pronóstico de crecimiento de 2017 a un 0,5 por ciento desde la expectativa de expansión anterior de 1,0 por ciento, según un comunicado. Para 2018, la previsión es de un crecimiento de 2,5 por ciento.
El Gobierno además redujo su pronóstico de inflación de 2017 a un 4,3 por ciento desde 4,7 por ciento -por debajo del objetivo oficial de 4,5 por ciento- y señaló que prevé que el indicador cerrará 2018 en un 4,5 por ciento.
Se espera que más tarde el miércoles el Gobierno anuncie un congelamiento del gasto público de entre 30.000 y 35.000 millones de reales (entre 9.700 y 11.310 millones de dólares) y un alza de los impuestos, medidas con las que busca alcanzar su meta de déficit presupuestario de este año.
El objetivo de déficit presupuestario primario de Brasil para 2017 es de 139.000 millones de reales. En los últimos días, el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, ha declarado que el Gobierno no quiere subir los impuestos pero que lo hará si es necesario.
Se estudia un alza tributaria en la gasolina y otra en los Impuestos sobre Operaciones Financieras (IOF), ninguna de las cuales exigiría una ley, dijo a Reuters el líder oficialista en el Senado, Romero Jucá.
Fuente: Reuters