JP Morgan subrayó que, a pesar de la desaceleración en el costo de vida, la inflación subyacente (excluyendo alimentos) se mantuvo en niveles altos.
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SUSCRIBITELa firma internacional ajustó sus proyecciones tras el descenso del IPC al 2,7% en octubre.
JP Morgan subrayó que, a pesar de la desaceleración en el costo de vida, la inflación subyacente (excluyendo alimentos) se mantuvo en niveles altos.
Esto sucedió pese a que el índice de precios al consumidor (IPC) de octubre registró un descenso al 2,7%, quebrando la barrera psicológica del 3% mensual.
El informe elaborado por los economistas Lucila Barbeito y Diego Pereira destacó que la inflación de octubre estuvo incluso por debajo de sus propias proyecciones, que anticipaban un 2,9%, mientras que el mercado esperaba en promedio un 3%.
Este resultado también reflejó una desaceleración respecto al mes anterior, cuando el IPC mensual alcanzó el 3,5%, convirtiéndose en la cifra más baja desde noviembre de 2021.
Esa merma fue impulsada en gran medida por una moderación en los precios de los alimentos y en los precios regulados.
Ajustando por estacionalidad, el banco estadounidense calculó un IPC general nacional del 3,3% mensual, cifra que, aunque aún superior al 3%, representa una desaceleración significativa respecto al promedio de los últimos tres meses (4,2%).
En términos anualizados ajustados por estacionalidad, la inflación de los últimos tres meses se desaceleró a un ritmo del 55%.
En este contexto, la firma internacional alertó que, a pesar de la desaceleración general, la inflación subyacente (excluyendo alimentos) se mantuvo en niveles altos, ubicándose en un 3,5% mensual tras haber registrado un 3,6% el mes anterior.
A nivel anual, la inflación subyacente ajustada por estacionalidad se sitúa en un 60%, reflejando que aún existen desafíos en el proceso de estabilización de precios en Argentina.
Tras el dato de octubre, JP Morgan revisó sus pronósticos de inflación para el cierre del año, reduciendo su estimación a un 120% interanual.
El banco también señaló que, si la inflación mensual se mantiene en torno al 2,5%, el ajuste del tipo de cambio (crawling peg) podría reducirse al 1% mensual, alineándose con los objetivos del Gobierno de controlar la inflación mediante un ajuste moderado de la moneda.
Para 2025, proyectan una inflación de fin de año del 29%, siempre y cuando se mantenga una política de ajuste gradua.
El dato de octubre implica una inflación interanual del 193% y un acumulado del 107% en lo que va del 2024, cifras que aún representan desafíos importantes para la estabilización económica.
En este escenario, el mercado ha comenzado a hacer ajustes en las apuestas de “carry trade”, con la expectativa de que la inflación para los primeros diez meses de 2025 se ubique en torno al 1,5% mensual promedio, según el rendimiento de bonos y letras del Tesoro.