La gran mayoría de los trabajadores argentinos valora el sentido de comunidad en la empresa y podría renunciar si siente que no pertenece.
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SUSCRIBITEEl 41% renunciaría a un empleo si siente que no es parte del proyecto.
La gran mayoría de los trabajadores argentinos valora el sentido de comunidad en la empresa y podría renunciar si siente que no pertenece.
Así lo mostró un relevamiento de Randstad sobre el comportamiento laboral, realizado en 35 países.
El informe constató que el 83% de los argentinos busca sentido de comunidad en su trabajo, al punto que el 41% renunciaría a un empleo si siente que no pertenece.
"El sentido de pertenencia se vuelve cada día más importante para los trabajadores, a medida que crece la búsqueda de propósito y conexión como parte del desarrollo profesional y las líneas que separan la vida personal y laboral se vuelven más difusas", afirmó Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.
La especialista indicó que "fomentar los vínculos, el bienestar y la conexión en los ámbitos laborales no sólo es bueno para las personas, sino también para las organizaciones, ya que los datos indican que un fuerte sentido de comunidad y pertenencia impulsa la productividad del talento".
La pertenencia y del sentido de comunidad en el trabajo resultan tan importantes en nuestro país al punto que frente a la opción de decidir sin condicionamientos, el 30% de los trabajadores argentinos estaría dispuesto a ganar un poco menos si tiene buenos amigos en el trabajo.
Asimismo, un 33% podría renunciar algo de sus ingresos si su trabajo contribuyera en su vida social y otro 39% estaría dispuesto a tener un menor salario si siente que su trabajo contribuye con la sociedad y el mundo.
Según Randstad Workmonitor, el 49% de los trabajadores argentinos renunciaría a un empleo si no se llevara bien con su jefe.
"El trabajo sobre la marca empleadora ya no es opcional, sino un imperativo para las organizaciones que buscan atraer talento y mantenerse actualizado", aseveró Ávila.
Los jóvenes de 25 a 30 años, con formación universitaria y ya emancipados del hogar de los padres, están revolucionando las políticas de recursos humanos de las empresas.
La generación Z privilegia la flexibilidad y el bienestar por sobre el afán de escalar en el organigrama de las organizaciones, de acuerdo al más reciente estudio de Adecco.
El relevamiento resaltó que el 73 por ciento de los jóvenes con estudios priorizan, asimismo, emplearse en compañías con propósito y compromiso social.
Constituyen actualmente el 30% de la población y, por tanto, su voz es tenida en cuenta al elaborar estrategias de RR.HH.
El desafío interno en las compañías consiste en poner en marcha políticas de recursos humanos que deben conciliar, dentro de la cadena productiva, a los X, nacidos entre 1965 y 1979 (que tienen entre 45 y 60 años, en general pilares en las organizaciones), los baby boomers, nacidos del ´46 al ´64 (ya hechos y rumbo a la jubilación) y los Z que hace poco o recién empezaron.
Los más novatos entran con la impronta de haber llegado al mundo en pleno cambio de siglo, con lo que los convierte, de hecho, en la primera generación nativa digital.
Viven inmersos en la sociedad de Internet. Autodidactas, estudian y leen online. Consumen a través de e-commerce.
Tienen percepciones sobre género y sexualidad más diversas que los predecesores y se identifican como étnicamente inclusivos.