Bodegas de Argentinaes una de las cámaras más representativas del sector. Sus socios constituyen más del 70% del mercado interno, y el 90% de las exportaciones de vinos fraccionados de Argentina. El ingeniero Milton Kuret es el actual director Ejecutivo de la entidad, y en diálogo con este medio, advirtió que el escenario para la industria que representa tiene varios frentes de tormenta para enfrentar, desde la macroeconomía hasta el control de precios que se ejerce en los supermercados.
-¿Cómo es la situación del sector actualmente?
-La situación de la industria vitivinícola es compleja, sobre todo por la coyuntura de la macroeconomía. A esa situación general hay que sumarle la situación particular del sector, donde venimos con algunos temas vinculados al clima que ha afectado la producción del año 2023. Por el lado del clima, tuvimos una cosecha muy corta o escasa, yo diría de muy buena calidad, pero escasa, que hizo que se dispararan los precios de las materias primas prácticamente multiplicándose por dos, por tres, hasta por cuatro. Entonces la cosecha 2023 fue en volumen la cosecha más baja de la historia y los precios se dispararon de manera importante.
-¿Y en cuánto a la macroeconomía?
-A eso hay que sumarle todos los incrementos de costos que venimos teniendo en todo el packaging sobre todo lo que tiene que ver con envases, ya sea de vidrio o de cartón, con lo cual digamos que materias primas, más costos de materiales de envasamiento tienen un impacto muy fuerte sobre el costo final de los productos, y eso en términos de comercialización tiene serias dificultades contra un tipo de cambio.
-¿Los afecta en las exportaciones?
-En el caso de las exportaciones, si bien el mundo han disminuido las transacciones internacionales y el consumo en muchos países tradicionalmente consumidores, Argentina suma su falta de competitividad por tipo de cambio y costo creciente en dólares. Las exportaciones han disminuido en torno al 25% en lo que va del año en volumen.
Por el lado del mercado doméstico, se generan algunas situaciones también complejas dado el control de precios que existe en el canal más importante de ventas que es el supermercado, donde los vinos tienen precios inferiores dado el control de precios, muy inferiores a los a los precios que están a los que se pueden conseguir en el canal tradicional, y eso ha incrementado las ventas en supermercados en detrimento de las vendas del canal tradicional.
-¿Y como están con los insumos?
-Por el lado del abastecimiento tenemos inconvenientes en todo lo que hace a la importación y pagos de servicios al exterior es decir lo conocido todos como las SIRAs (Sistema de Importaciones de la República Argentina) y las SIRASEs (Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior).
En el caso de las SIRAs nos generan algunos inconvenientes con los proveedores, sobre todo de insumos que no tienen sustitutos locales como en la madera y el corcho, el roble y el corcho. Y por el lado de los proveedores, es una industria que exporta productos terminados, debemos pagar comisiones a nuestros clientes del exterior, acciones de promoción y publicidad, participación en ferias, etcétera. Y eso está con serias dificultades, lo que también afecta la relación con los clientes.
-¿Como es el escenario de las PyMEs del sector?
-Algo que afecta y mucho a las PyMEs, es que la industria del vino tiene un alto capital de trabajo que hay que financiarlo. Lamentablemente prácticamente no existen líneas de créditos a tasas y plazos convenientes para financiarlo.
-¿Cuál es la perspectiva?
-De cara al futuro estamos muy expectantes con la próxima cosecha 2024. La cosecha pasada tuvo heladas severas. Esperemos que este año el clima nos ayude, tanto desde el punto de vista de las temperaturas, como del punto de vista del agua que también es un recurso escaso y que afecta la capacidad de producción de los viñedos en todo el oeste argentino.